El ministro de Exteriores ruso, tras reunirse con su homólogo estadounidense, ha achacado lo que está ocurriendo a la histeria de Occidente. En 2014, soldados sin identificar ocuparon Crimea por sorpresa y tras un referéndum sin garantías Rusia se quedó con la península, una anexión que la comunidad internacional no reconoce. Lo que pueda pasar ahora es una incógnita. Mientras tanto, al norte de Járkov, en la frontera con Rusia, videocámaras y torres de vigilancia se mantienen atentas a cualquier movimiento.
Foto: Un soldado ucraniano cerca de Novomykhalivka (REUTERS/Anna Kudriavtseva)
Las diplomacias de Estados Unidos y Rusia han matenido una reunión en Ginebra para intentar rebajar la tensión sobre Ucrania. El secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken y su homólogo ruso, Sergey Lavrov, han comparecido por separado en rueda de prensa tras el encuentro que ha durado unas dos horas.
Un encuentro del que no salieron resultados concretos más que la voluntad de Moscú de mantener abierto un canal diplomático de interlocución para intentar resolver una crisis acelerada por el masivo despliegue de tropas rusas en su frontera con Ucrania.
Los dos representantes diplomáticos llegaron con las líneas rojas bien marcadas pero con voluntad de diálogo. Lavror ha prometido que Rusia no tiene intención de invadir Ucrania pero también ha reiterado que quieren un compromiso por escrito de que esta exrepública soviética no se adherirá a la OTAN y que los soldados estadounidenses se marcharán de los países limítrofes con Rusia. También ha criticado lo que ha calificado como "rusofobia" e histeria por parte de los países occidentales. Lavrov también ha asegurado que Blinken se ha comprometido a una respuesta por escrito de las peticiones la próxima semana. Por su parte, el jefe de la diplomacia estadounidenses ha señalado que no van a dar marcha atrás a la política de puertas abiertas de la OTAN, ha pedido a Rusia más transparencia y ha criticado la desestabilización que Moscú lleva a cabo, no solo en Ucrania, sino en el resto del mundo. Dice queMoscú solo tiene dos opciones: o el diálogo o el conflicto. Las conversaciones seguirán la semana que viene con el objetivo de rebajar la tensión que hoy se vive.
Los expertos creen que las propuestas de Moscú de que Ucrania nunca sea miembro de la OTAN y la retirada de fuerzas de otros países de las fronteras con Rusia son muy difíciles de cumplir. Y Rusia quiere seguir influyendo sobre Ucrania.
Fueron empresas de Alemania, Francia, Holanda, Austria, además de la rusa Gazprom, las que iniciaron el proyecto, pero a nadie se le escapaban las consecuencias geoestratégicas. Con este gasoducto, Vladímir Putin se aseguraba, por lo menos para las próximas dos décadas, la dependencia energética de Alemania del gas ruso, porque Alemania no tiene ni siquiera un puerto para el gas licuado.
Foto: El gasoduto Nord Stream 2 (REUTERS/Maxim Shemetov)
A la espera de que la diplomacia de sus frutos y que la amenaza de guerra e invasión se aleje de Ucrania, cientos de ucranianos se han unido en una cadena humana en Kiev para pedir el fin de la escalada bélica que tensiona las fronteras con Rusia. Cogidos de la mano y unidos por una cinta amarilla y otra azul que representan los colores nacionales de su bandera, han cruzado uno de los puentes sobre el rio Dniéper que atraviesa la capital ucraniana en una larga marcha, reclamando su derecho a vivir en paz. Han pedido que el conflicto se resuelva por la via del diálogo que se ha abierto entre EE.UU. y Rusia.
FOTO: Decenas de ucranianos forman una cadena humana en Kiev. EFE/EPA/SERGEY DOLZHENKO.
Veles, en Macedonia del Norte, se convirtió en 2016 en un auténtico epicentro de noticias falsas que incidieron en la campaña electoral en Estados Unidos entre Hillary Clinton y Donald Trump.
Hablamos sobre el encuentro en Ginebra entre Anthony Blinken y Sergei Lavrov. Analizamos el papel de la OTAN en el conflicto ucraniano con Alejandro del Pozo, vicepresidente del Centro Delás, que investiga sobre el comercio de armas, las fuerzas armadas, la industria militar y las operaciones militares en el exterior. Viajamos a Yemen, escenario de varios bombardeos de la coalición que lidera Arabia Saudí, en los que han muerto al menos 70 personas y decenas más han resultado heridas. También tratamos la subida del precio del petróleo en este contexto tan volátil con José Manuel Corrales, profesor de Economía y Empresa de la Universidad Europea.
Alejandro del Pozo, vicepresidente del Centre Delàs de Estudios por la Paz, que investiga sobre el comercio de armas, las fuerzas armadas, la industria militar y las operaciones militares en el exterior, nos explica el papel de la OTAN en la tensión entre EEUU y sus socios con Rusia ante una posible invasión rusa de Ucrania.
Ucrania y el resto de Europa son los principales afectados por la tensión en la zona. Y, como en otras ocasiones, han quedado a la vista las diferencias entre aliados. Pero el pulso real se disputa entre Estados Unidos y Rusia, con Bruselas en un segundo plano.
La población ucraniana se mantiene tranquila, o al menos eso ha relatado en el 14 horas Sergi Kolensky, traductor de español en Kiev. Hace siete años que Rusia ocupó parte del territorio oriental de Ucrania y desde entonces, los ciudadanos se han acostumbrado a vivir este tipo de situaciones. “Llevamos siete años en guerra, hemos perdido a doce mil soldados y tenemos un millón y medio de personas en situación de refugiado”, señala Kolensky. A pesar de encontrarse frente a un posible ataque inminente, la sensación generalizada en la zona ucraniana es de confianza ya que, tal y como destaca el traductor, en caso de ocurrir saben que contarán “con el apoyo de sus vecinos europeos”. Además, Kolensky habla de una mayoría de la población a favor de formar parte de la OTAN y añade: “Si lo hubiéramos hecho hace siete u ocho años, ahora Putin no se atrevería a hacer esto”.
En el Donbás, territorio en disputa entre Ucrania y los separatistas apoyados por Rusia y ahora un posible objetivo de Moscú, crecen las tensiones. Hace tres días que no suenan disparos, pero un joven soldado explica que antes de un ataque hay silencio. Estados Unidos le ha dado a Ucrania 200 millones de dólares en ayuda militar desde 2014.
FOTO: MINISTRY OF DEFENCE REPUBLIC OF BELARUS / AFP