En la Feria Internacional de Tecnología (CES en sus siglas inglesas) todo es inteligente. Una forma de medir el éxito de esta feria es contar la cantidad de robots que se presentan. En CES son legión, desde los más amigables a los más futuristas. Hay productos sorprendentes como un limpiador de orejas o un aplicador de pintalabios, pero más allá de las anécdota CES es una ventana al futuro que toma la forma de coches o trenes autónomos entrenados por inteligencia artificial o videojuegos capaces de dialogar y cooperar con el usuario gracias a nuevos y potentes procesadores.
La edición de este año también será recordada por algo que no tiene que ver con la electrónica. Las grandes tecnológicas reaccionan ya ante los aranceles que anunció Trump, a punto de regresar a la Casa Blanca. Los expertos vaticinan un incremento de precios del 30% al 50% en productos básicos como ordenadores, teléfonos móviles o relojes.
La primera en mover ficha ha sido Panasonic al anunciar que su principal objetivo ahora es eliminar su dependencia de China en la fabricación de las baterías que vende a la marca Tesla. FOTO: AFP / PATRICK T. FALLON