Medio millón de muertos y 12 millones de desplazados, el balance de una década de guerra en Siria
- La falta de información imparcial dificulta el cómputo de víctimas
- Los civiles, y entre ellos los niños, se han llevado la peor parte del conflicto
Hace 10 años que empezó a florecer una revolución. El mundo árabe despertó, y el detonante fue una tragedia. Mohamed Bouazizi, un vendedor ambulante, se prendió fuego delante de una oficina gubernamental en Túnez como protesta porque la policía le confiscó sus productos.
Desde entonces la movilización social se multiplicó y cruzó fronteras. Fue el nacimiento de la Primavera Árabe, aunque su efecto no fue el mismo en todos los países. En marzo Siria cumplirá 10 años del conflicto más cruento del siglo XXI. En Yemen ya son seis.
En Egipto el régimen de Al Sisi se ha demostrado tan brutal como el de Mubarak. Libia es un caos de milicias enfrentadas que han fragmentado al país y tan solo Túnez ha alcanzado cierta estabilidad aunque la situación política y económica siguen deteriorándose allí donde nació la revolución. Hay quien dice que de la primavera se pasó al invierno árabe.
Los refugiados que huyen de Siria no siempre buscan huir lo más lejos, algunos prefieren quedarse cerca y seguir participando del conflicto. Pilar Cebrián ha reflejado esas diferencias en el libro: Refugiados con 3 enfoques: presente, pasado y futuro de una misma huida.
Viena esta mañana era una ciudad en estado de schok. Con cuatro muertos -dos hombres y dos mujeres- y 17 heridos, la policía busca todavía, por lo menos, a un posible terrorista huído. Todo comenzó a las ocho de la tarde. Mucha gente por la calle aprovechando el último día de restaurantes abiertos antes del confinamiento y toque de queda que entra este martes en vigor. Un vecino graba a un hombre disparando con un arma de asalto. Poco después la policía confirma tiroteos por lo menos en seis lugares distintos del centro de Viena.
Pronto se sabe que uno o varios terroristas han disparado y herido de gravedad a un policía que vigilaba una sinagoga, que estaba cerrada. Son momentos de confusión porque basándose en las redes sociales algún medio habla incluso de rehenes, algo que resultó ser falso.
Sobre las nueve y media de la noche la policía dice que ha abatido a uno de los terroristas. Pronto se confirma que es un joven de veinte años, nacido y criado en Viena, de raices albanesas. La policía lo tenía fichado porque intentó unirse a Isis en Siria, lo condenaron a 22 meses, pero lo soltaron en diciembre por ser joven. No lo consideraban capaz de organizar un atentado así.
El canciller Sebastian Kurz ha hablado esta mañana de un atentado "de odio a nuestros valores, de odio a nuestro modo de vida"
y ha agradecido las numerosas muestras de solidaridad llegadas de todo el mundo.
En Siria, miles de yihadistas del Daesh y sus familiares esperan en un limbo jurídico una decisión sobre su futuro. Muchos son europeos pero sus países se resisten a su repatriación. Un equipo de Televisión ha entrado en una de las cárceles donde se hacinan desde la caída del autoprocalmado califato.
"24 millones de sirios comparten este miedo. Es el único sentimiento común entre los sirios: el miedo". La escritora siria Dima Wannous ha presentado en una entrevista online en Casa Árabe Los que tienen miedo, una novela que aborda cuestiones como la violencia, la muerte, el exilio y las secuelas que deja la guerra.
Con un apoyo mayoritario, un joven Bashar Al Assad llegaba al poder hace 20 años. Junto a su esposa, pretendía dar un aire nuevo a la Siria que heredaba de su padre. Hasta que llegaron las protestas sociales de 2011, aplastadas contundentemente. Las revueltas degeneraron en una guerra civil cruenta que ha dejado casi 400.000 muertos y millones de desplazados. En medio del caos, el Daesh llegó a controlar buena parte del territorio.
Bashar al-Ásad es el único dirigente que queda tras la primavera árabe. Llegó al poder hace dos décadas tras la muerte en accidente de su hermano, bajo promesas de cambio y esperanza que se han convertido en una guerra interminable que ha destrozado la región. En 2011 decidió reprimir las movilizaciones populares que enfrió la primavera. 20 años después de su toma de posesión gestiona, con el apoyo de Rusia e Irán, un país en ruinas, en el que la mitad de la población ha huído de sus hogares y sumido en una gran crisis económica. Lo cuenta Cristina Sánchez, corresponsal.
Siria, Palestina, Yemen... La lucha sanitaria contra la pandemia del coronavirus y la enfermedad Covid-19 centra la atención informativa mundial y ha relegado a un segundo plano otros conflictos que antes del coronavirus estaban en los telediarios prácticamente a diario.