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Es la última matanza de Israel en Gaza. Un ataque contra una escuela convertida en campo de refugiados en Shati, en el norte de la Franja. Hay al menos 11 muertos, entre ellos, mujeres y niños.

La ofensiva de Israel está golpeando con especial dureza esta zona norte, con más de 800 muertos solo en las últimas 3 semanas. Su objetivo, dicen, evitar que los combatientes de Hamás se reagrupen.

Para frenar este baño de sangre, el presidente egipcio propone a Israel comenzar con una tregua de dos días. A cambio, Hamás tendría que liberar a algunos de los rehenes que siguen en sus manos. Las conversaciones con mediación de Egipto y Estados Unidos se han retomado en Catar tras meses interrumpidas.

Este domingo han abucheado al primer ministro Benjamin Netanyahu en un acto por las víctimas del 7 de octubre. Familiares de los rehenes no se cansan de exigir a su gobierno que haga todo lo posible para traerlos de vuelta.

Pero, de momento, la guerra continúa. También en el Líbano, con nuevos bombardeos israelíes y encarnizados combates contra Hizbulá en su incursión por tierra. La milicia libanesa ha matado a otros cinco soldados israelíes y elevan a más de 40 los militares israelíes caídos en esta operación.

Y el peligro de escalada sigue ahí. Irán no descarta responder al ataque de Israel del sábado. La República Islámica ha pedido una reunión de urgencia al Consejo de Seguridad de la ONU, convocada ya para este lunes.

Foto: REUTERS/Ayman Al Hassi

Noche de explosiones sobre el cielo de Irán. Israel ha golpeado instalaciones militares en la capital, Teherán, y otras zonas del país. Su objetivo: fábricas de misiles y drones junto a sistemas de defensa iraní. Pese a la muerte de dos de sus militares, Irán quita hierro al ataque.

Según la televisión iraní, la mayoría de proyectiles han sido interceptados y los daños son limitados. Irán reabría a primera hora de la mañana su espacio aéreo, exhibiendo imagen de normalidad

"Un ataque tan pequeño demuestra que Israel nos teme", opina una mujer iraní. "Más que disparos fueron petardos que no despertaron a nadie. No hay necesidad de responder", añade otro ciudadano iraní.

El Gobierno de Benjamín Netanyahu, que ha seguido la operación desde un búnker, da por cumplido su objetivo: vengar el ataque de Teherán del 1 de octubre con 200 misiles que apenas dejaron daños.

Es la segunda vez este año que Irán e Israel, enemigos acérrimos, intercambian ataques directos. Un inédito y peligroso paso adelante en su largo conflicto, caracterizado por choques más indirectos, a través de milicias patrocinadas por Irán en la región como Hamás y Hizbulá.

Mientras el mundo islámico condena el ataque contra Irán, Occidente pide a las dos partes dejar aquí las represalias para evitar una escalada.

Alerta máxima en Tel Aviv. Las sirenas han vuelto a sonar esta mañana poco antes de que una lluvia de proyectiles atravesase sus cielos. El sistema de defensa israelí, interceptaba buena parte de los cohetes y misiles lanzados desde Líbano por Hizbulá. Los ataques arrancaron de madrugada. Entre los objetivos, tres bases militares en Tel Aviv y Haifa, al norte de Israel.

Horas antes, era el Ejército israelí el que volvía a bombardear los suburbios del sur de Beirut. El bombardeo cerca del hospital Hariri deja más de una docena de muertos y cerca de 60 heridos, según el Ministerio de Salud libanés. Son 300 los intereses de Hizbulá atacados en las últimas 24 horas.

Bajo otro hospital de Beirut el Ejército de Israel dice haber hallado un búnker donde Hizbulá almacenaba millones en oro y en efectivo. En su punto de mira, la red que financia a la milicia pro iraní.

El último intercambio de ataques ha provocado la suspensión de los vuelos para los próximos día de Air France y Emirates entre otras compañías.

Quien sí ha aterrizado en suelo israelí es el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken. Es su undécima visita a la región para tratar de impulsar un plan de paz. La primera, tras el asesinato del líder de Hamás, Yahya Sinwar

FOTO: REUTERS/Violeta Santos Moura

Periodistas israelíes se adentran con su Ejército en la Franja de Gaza. De camino, graban la devastación. Edificios enteros reducidos a escombros. Pero no es eso lo que quieren mostrarles, sino una casa en la ciudad de Ráfah, con la bandera israelí encima en señal de victoria.

Fue allí donde eliminaron al jefe militar de Hamás. Orgullosos, enseñan a prensa el interior de la vivienda en ruinas, incluido el sofá donde Yahya Sinwar pasó sus últimos momentos.

El grupo islamista ha respondido con un vídeo en el que intentan demostrar que siguen muy vivos, fuertemente armados y con capacidad para golpear objetivos israelíes, como tanques y soldados invasores dentro de la Franja. Israel ha confirmado que uno de sus coroneles, de 41 años, ha muerto en combate en el norte de Gaza.

Los civiles siguen sufriendo las consecuencias: solo el fin de semana, Israel ha matado a más de 100 gazatíes. Sangrientos bombardeos contra la localidad de Beit Lahia y el campo de refugiados de Yabalia.

Un equipo de RTVE ha estado en uno de los hospitales de la zona más castigada por los bombardeos en Beirut, Líbano. El director de este hospital, Eli Hachem, muestra los daños de un ataque reciente. Un bombardeo a pocos metros provocó el derrumbamiento de techos y les obligó a evacuar el centro. Acababa de llegar una orden del ejército israelí: iban a atacar la zona y tenían 20 minutos para sacar a todos los pacientes

"Fue muy duro", recuerda, "porque había, por ejemplo, bebés prematuros que pesaban 150 gramos, y conectados a incubadoras, y también había decenas de trabajadores y otros pacientes", asegura.

El hospital llegó a cerrar, pero ahora funciona parcialmente, aunque aún hay plantas cerradas y habitaciones que no se pueden usar. Los daños son evidentes.

En el hospital apenas queda un puñado de pacientes, en cuidados intensivos. Pero la mayor parte del personal médico continúa trabajando. Dicen que no quieren irse porque la comunidad les necesita. Ya son 13 los hospitales del país que están prácticamente fuera de servicio.

Cadáveres y heridos abarrotan las pocas instalaciones médicas que aún funcionan en el norte de Gaza. Los que llegan son víctimas del último bombardeo israelí contra un edificio de Beit Lahia, que deja más de 80 muertos.

En este hospital no dan abasto para aliviar el dolor de tantos pacientes, muchos de ellos mujeres y niños, tirados en el suelo por falta de medios. Médicos sin Fronteras pide a Israel cesar de inmediato su asedio a los hospitales. Ni siquiera aquí se libran de las bombas, los cortes de electricidad y la falta de agua.

Según OXFAM, otra ONG, Israel ha matado a cuatro ingenieros que iban a reparar infraestructuras del agua. Muertes que, denuncian, violan el derecho internacional y agravan la crisis humanitaria.

Israel emite órdenes de evacuación masivas a una población exhausta, famélica y muchas veces enferma que no tiene a dónde huir. "Avisaron en plena noche de que iban a bombardear las casas y tuvimos que salir corriendo, incluso descalzos. Estamos muertos en vida", lamenta Fátima.

Achaf relata que el Ejército israelí separa y se ensaña especialmente con los hombres. "Nos sacaron a punta de pistola, nos desnudaron y nos registraron con lentes y cámaras durante horas", asegura.

Heridas psicológicas que muchos llevarán para siempre, ocultas entre tanta devastación. La destrucción es tal, que según un relator de la ONU, reconstruir Gaza podría llevar 80 años.

Foto: ISLAM AHMED / AFP