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Doudou Nassar traslada a un grupo de cristianos palestinos a sus terrenos de Nahalin, en la Cisjordania ocupada por Israel, para que asistan al rezo semanal en una cueva subterránea. Nassar quiere evitar que el bloqueo de carreteras por parte del ejército israelí y el temor a cruzarse con colonos en el trayecto aíslen a la mayor parte de la comunidad. Desde hace años, la familia Nassar defiende estas tierras pese a la ambición de Israel de expandir sus colonias. Actualmente, la población cristiana en los territorios palestinos es de unas 50.000 personas, tan solo un 1%, que se distribuyen en las ciudades de Belén, Ramala y Jerusalén. Además de los que residen en la Franja de Gaza.

El papa Francisco ha pedido este miércoles, día de Navidad, que se "silencien las armas" en Ucrania, Gaza, en todo Oriente Medio pero también en Sudán y el resto de países del Cuerno de África, durante la tradicional bendición Urbi et Orbi ("A la ciudad y al mundo"), desde la Basílica de San Pedro en Roma.

Para una Ucrania "martirizada", Francisco ha pedido "tener la audacia de abrir la puerta a las negociaciones y gestos de diálogo para una paz justa y duradera".

"En Oriente Medio, pienso en la comunidad cristiana en Palestina e Israel, en particular en Gaza donde la situación humanitaria es gravísima", ha dicho el papa, que ha pedido un alto el fuego, la liberación de los rehenes y la llegada de ayuda humanitaria para aliviar la situación de una población "golpeada por el hambre y la guerra". En Siria, ha pedido que, en este "momento dedicado", se abran "las puertas del diálogo".

Un año más, el papa Francisco ha dado comienzo a la Misa del Gallo así como a la inauguración del Jubileo, uno de los eventos más destacados de su decimosegunda Navidad al frente del Vaticano. La homilía ha tenido lugar en la Basílica de San Pedro, siendo una de las celebraciones litúrgicas más significativas del calendario navideño católico. Hasta la plaza de San Pedro se han congregado cerca de 30.000 personas, y unas 6.000 en el interior de la basílica para seguir este acto de inicio del Jubileo y con fuertes medidas de seguridad. La celebración ha incluido cantos, lecturas bíblicas, la bendición del pesebre y un mensaje especial del Santo Padre

El pasado 21 de octubre la Archidiocesis de Madrid celebró un acto público de reconocimiento y reparación a las víctimas de abusos de la iglesia. El el acto varias víctimas tomaron la palabra. José Cobo, Cardenal Arzobispo de Madrid, ha explicado en Las Mañanas de RNE que "desde hace mucho tiempo, tras acompañar a muchas víctimas de la Iglesia, hemos aprendido a creer a las víctimas y a dejar que ellas implementen sistemas de conversión dentro de la Iglesia", ha asegurado a Josep Cuní.

Cobo cree que cada momento tiene una "sensibilidad histórica y que los distintos pontificados han intentado sacar lo mejor en cada momento dadas las circunstancias de cada momento": "El Papa no es un extraterrestre ni un marciano", ha opinado y ha añadido que Juan Pablo II empezó a "señalar los abusos", que Benedicto XVI empezó a ""tomar medidas serias y que finalmente "el Papa Francisco ha abierto la puerta para ejercitar los mecanismos de conversión".

Muchos se han preguntado por qué tantos clérigos han sido abusadores. El Cardenal opina al respecto que "la educación en algunos momentos en nuestro país estaba exclusivamente en manos de clérigos. Ha habido abusos, pero no sé si es más en otros sitios o no", ha explicado. "Yo creo que el celibato no es la causa. Ahora mismo el número de abusos intrafamiliares es mucho más elevado", ha argumentado.

Preguntado también por la relación de privilegio que tiene la Iglesia Católica con el Estado, ha considerado que "no sabe" si es un privilegio: "El concordato no subraya privilegios: subraya una atención especial", ha sentenciado.

El origen de los pasos de Semana Sana y la escultura barroca policromada están muy relacionadas. El Museo del Prado acoge una exposición, llamada Darse la mano, que repasa las mejores imágenes de este periodo. La Iglesia católica encontró en estas esculturas la vía para infundir dolor, ternura o bondad, empleado un recurso que ya habían usado los clásicos.

Contaron con la colaboración de los mejores: con Luisa Roldán, con Berruguete, su Buen y Mal Ladrón, con Salzillo, con Gregorio Fernández y su cristo yacente descarnado. No obstante, no solo se apreciaban las dotes artísticas. "Los escultores, previamente antes de comenzar su tarea debían prepararse espiritualmente para iniciarla, eran como un médium entre el mundo divino y el humano", expone el jefe del departamento de escultura del Museo del Prado, Manuel Arias. La muestra estará disponible hasta marzo.