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Cada tres meses 65 mil entrevistas escudriñan las vidas laborales de unas 160.000 personas. La Encuesta de Población Activa es el mayor sondeo que se realiza en nuestro país y ofrece una foto fija sobre el panorama laboral. Por primera vez, un equipo de televisión graba cómo se realiza. Mayte es una de las 140 personas que recopila datos para la EPA. Lleva tres años preguntando casa por casa sobre la situación laboral de las personas que viven en España. Los hogares elegidos son representativos de la población española y participan durante año y medio en la encuesta. Se les envía una carta de aviso, y es obligatorio participar. La primera entrevista es presencial y las siguientes pueden ser por teléfono. Más de 100 encuestadores llaman desde 7 ciudades diferentes. Los encuestadores vuelcan la información de sus tabletas en el ordenador central y los técnicos del Instituto Nacional de Estadística analizan los datos. La EPA arroja datos distintos a los del servicio público de Empleo. Por ejemplo, hoy muestra 100.000 parados más que el dato de marzo del Ministerio de Trabajo. Esto se explica porque hay parados que no se apuntan al paro pero sí aparecen como desempleados en la EPA. La encuesta se realiza desde 1964 aunque ha tenido algunas modificaciones metodológicas y hay otra prevista para 2021.

La economía española ha crecido en 2018 un 2,6%, una décima más de lo adelantado por el INE hace unos meses. Aunque empeora en la segunda mitad del año en un entorno de debilidad económica. El consumo interno ha mantenido un buen ritmo de crecimiento, al igual que las exportaciones, pero han bajado las importaciones.

En 2018, los sueldos aumentaron de media cerca de un 1% pero el coste de la vida lo ha hecho a un ritmo mayor, concretamente 7 décimas por encima. La tendencia no es nueva. En la última década, el poder adquisitivo de los trabajadores ha caído casi 8 puntos.