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El tiempo de los demócratas se agota. Al presidente de EE.UU., Joe Biden, le quedan dos meses en la Casa Blanca. Es lo que llaman un "pato cojo", es decir, un presidente con pocas posibilidades de sacar adelante nuevas medidas. Como más ayudas a Ucrania contra la invasión rusa. El Partido Demócrata no solo ha perdido la Presidencia. Queda en minoría tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado. Una posición muy débil para hacer oposición a Trump. Su primer gran reto es elegir al nuevo presidente del Partido Demócrata a principios de 2025. Ahora mismo es Jaime Harrison. Un cargo que suele tener poca visibilidad en Estados Unidos, pero que a falta de demócratas en puestos de poder podría ganar protagonismo.

Foto: Biden recibe a Trump en la Casa Blanca tras las elecciones (AP Photo/Evan Vucci)

Hace cuatro años, el Estado de Georgia fue el epicentro de la teoría del robo electoral que Donald Trump defendía a capa y espada tras perder contra Joe Biden. También allí está pendiente de ser juzgado por intentar revertir el resultado de las elecciones de 2020. Desde la Casa Blanca, Donald Trump llegó a llamar al secretario de Estado de Georgia, que es el encargado del recuento electoral y un cargo republicano, y le pidió que le encontrase los 11.000 votos que le darían la victoria en el Estado.

María Carou, corresponsal de RNE en Washington, habla con Brad Raffensperger, el secretario de Estado al que Donald Trump llamó el 2 de enero de 2021. También se acerca a los ciudadanos de Georgia para saber si creen o no las teorías de Trump de que se está preparando un nuevo supuesto fraude electoral.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha votado este lunes de manera anticipada en el estado de Delaware a ocho días de las elecciones. Aunque en un principio iba a ser el mandatario el que se enfrentara al republicano Donald Trump el 5 de noviembre, Biden anunció que renunciaba a la carrera hacia la reelección para apoyar a la candidata Kamala Harris. Por primera vez desde agosto, el expresidente republicano se sitúa por delante en las encuestas que, sin embargo, están muy ajustadas entre ambos aspirantes a la Presidencia estadounidense.

Foto: ANDREW CABALLERO-REYNOLDS / AFP

La inmigración es uno de los grandes asuntos de la campaña electoral para los próximos comicios de Estados Unidos. Se puede observar en que Donald Trump, el candidato republicano, habla de esto en todos sus mítines, asegurando que Joe Biden y Kamala Harris han abierto la puerta de los Estados Unidos a miles de criminales. Promete, si vuelve a la Casa Blanca, poner en marcha una deportación masiva. Uno de los Estados que comparte un mayor número de kilómetros de frontera con México es Arizona y los migrantes que quieren cruzar a Estados Unidos tienen que hacerlo por una zona desértica, en la que han muerto cerca de 5.000 personas desde el año 2000.

Hoy, en Más Cerca, hablamos con Dora Rodríguez, la directora de Salvavision, una organización sin ánimo de lucro en Tucson que se centra en recolectar víveres y juguetes, entre otros, para ayudar a los migrantes que llegan a Estados Unidos desde México por la frontera de Arizona. Ella misma hizo ese camino hace más de 40 años, poco después de que comenzase la guerra en su país, El Salvador.

La ciudad de Flint, en Michigan, lleva años sufriendo a partir del cierre de la empresa estadounidense General Motors, que daba trabajo a muchos de los habitantes de la misma. En los años 60, la empresa controlaba la mitad del mercado estadounidense: uno de cada dos coches que se vendían eran suyos, ahora no lo son ni uno de cada cinco. Actualmente, el hueco que dejó la compañía automovilística no se ha llenado y la calidad de vida de los habitantes de Flint ha disminuido considerablemente.

Michigan es uno de los estados clave para estas elecciones, reparte concretamente 15 votos electorales, por lo que las preocupaciones de las personas que viven en una de sus ciudades más representativas, que pasó de 150.000 habitantes a 80.000 según los datos censales, son importantes. Los candidatos lo saben, por eso tanto Kamala Harris como Donald Trump la han visitado en el último mes, prometiendo revitalizar la ciudad y su industria sin muchas concreciones de cómo lo harán.