Mal día para un debate sosegado sobre la crisis económica en el Parlamento Europeo. La tensión de los mercados ha acabado trasladándose a los escaños. Van Rompuy y Durao Barroso han tenido que emplearse a fondo para defender al euro.
El euro no es el problema, clamaba el presidente de la Comisión Europea, que recordaba lo mal que lo están pasando países de fuera de la moneda única como Islandia.
Van Rompuy se indignaba al escuchar que existe riesgo de contagio de la situación de Irlanda a otros países y acusaba a quienes alientan esta teoría de carecer de razones económicas sólidas.