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Los dos titiriteros detenidos el pasado viernes en Madrid por representar una obra en Carnavales en la que aparecía un cartel en el que se podía leer 'Gora Alka ETA' han salido este miércoles por la tarde de la cárcel Soto del Real después de que el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno haya decretado su libertad provisional a instancias del fiscal. El magistrado les ha impuesto la obligación de comparecer a diario en el juzgado y la prohibición de salir de España, por lo que tendrán que entregar su pasaporte. El juez, que los envió a prisión el sábado tras imputarles un presunto delito de enaltecimiento del terrorismo y otro por incitación al odio, ha asumido el cambio de criterio de la Fiscalía, que esta misma mañana ha pedido su puesta en libertad al "haberse disminuido el riesgo de fuga" y el "riesgo de reiteración" del delito al haberse incautado "todo el material" empleado y haberse rescindido los contratos con Títeres desde Abajo.

Los dos titiriteros encarcelados desde el pasado sábado acusados de ensalzar a ETA y Al Qaeda en un espectáculo de carnaval celebrado en Madrid han salido de la prisión de Soto del Real a las 17.45 horas. Raúl García Pérez, de 34 años, y Alfonso Lázaro de la Torre, de 29, han dejado la cárcel después de que el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno, a instancias del fiscal, haya aceptado su recurso y ordenado su puesta en libertad con cargos. Alrededor de una veintena de personas ha recibido con aplausos y abrazos a los dos titiriteros a la salida de la cárcel, donde han pasado cuatro noches.

En el juicio por la tragedia del Madrid Arena han comenzado las declaraciones de testigos y familiares de las víctimas. Carmen Rodríguez, amiga de tres de las jóvenes fallecidas, la única que se salvó del grupo de amigas, ha contado cómo lo vivió. Desde el primer momento, ha dicho, vieron el recinto lleno de gente y, una vez dentro, se agobiaron y quisieron salir. 

Una amiga de tres de las fallecidas en la tragedia del Madrid Arena y también herida ha relatado este lunes en el juicio, con todo detalle, el horror y la angustia que sufrió en el momento de la avalancha mortal. "Fuimos las primeras en caer, no me podían sacar, tenía la pierna en el suelo y una masa de gente encima", ha dicho. También ha afirmado que el relaciones públicas que les había vendido las entradas les mandó un mensaje por móvil días antes de la macrofiesta en el que les aseguraba que iban a acudir al evento 20.000 personas.