Después de la matanza de civiles, en Kramatorsk hay silencio y desolación. Se pueden ver los coches que ardieron con sus ocupantes dentro. Al menos en uno había niños. 24 horas después todavía estaban recuperando sus restos. Los cristales de la estación y de los edificios de la plaza están prácticamente intactos. El misil explotó en el aire. Se puede leer su número de serie para identificar el arsenal y país de procedencia. Ni una sola de las víctimas era militar, ha informado el jefe de policía de Kramatorsk. El viernes había unas mil personas en la estación. Ucranianos, rusos y separatistas sabían que era el principal puerto de salida para los refugiados del Donbás.
Foto: Restos del misil cerca de la estación de tren de Kramatorsk (Reuters/Handout via REUTERS)