Los inmigrantes que quieren cruzar la frontera de Melilla ponen sus vidas en manos de mafias que se han ido profesionalizando. La forma más cara de entrar es el avión. Un pasaporte falso cuesta entre 4.000 y 6.000 euros. Esconderse en un coche puede costar hasta 4.000 euros, y las mafias exigen 600 euros para hacer la travesía en cayuco. Los asaltos a la valla no están organizados, aunque las mafies se encargan de su traslado desde el norte de Marruecos.