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La ecuación griega se complica y los líderes europeos tratan de despejar la mayor incógnita: si Atenas conseguirá pagar lo que debe. Van Rompuy augura tiempos difíciles, Trichet confía en que Grecia cumpla con sus compromisos de ajuste fiscal para seguir recibiendo ayuda, y Merkel y Durao Barroso guardan silencio después reunirse, aunque piden a todos los miembros de la Eurozona que aprueben la reforma del fondo de rescate.

Bruselas descarta la suspensión de pagos de Atenas. Pero los datos no despejan las dudas: un informe de la Comisión Europea asegura que el déficit griego se mantendrá por encima del 9% este año y el que viene. El primer ministro, Yorgos Papandreu, asegura que el país no caerá, que no habrá quiebra, y confirma que llegarán hasta el final con los ajustes necesarios.

Mientras, su secretario de Estado de Finanzas alerta de que las arcas públicas de Atenas se quedarán vacías en octubre y que sin ayuda, no podrán pagar pensiones ni sueldos de funcionarios. Los supervisores del rescate, los que deben aprobar el ansiado sexto tramo de ayuda para espantar el fantasma de la quiebra, vuelven el miercoles a Atenas.

Todo esto, un día después de que el Gobierno griego aprobase medidas extraordinarias: los alumnos de colegios, institutos y universidades tendrán que pagar los libros. Además, habrá un impuesto para todos los que tengan una propiedad inmobiliaria -unos 400 euros por una vivienda de 100 metros-.

El reloj no se detiene. A finales de octubre, los presupuestos griegos para el próximo año. El equipo de Papandreu ya ha empezado a buscar apoyos en el parlamento para sacarlos adelante.

Tras conocerse que Grecia solo tiene dinero para pagar sueldos y pensiones hasta octubre, desde Bruselas se ha lanzado una ofensiva en defensa del país heleno y de su continuidad en el euro que, sin embargo, no ha logrado el hundimiento de los mercados en el Viejo Continente. La Comisión Europea, el BCE y el presidente del Consejo Europeo han señalado que no barajan la hipótesis de que Atenas sea expulsado de la moneda única y además, el portavoz de Asuntos Económicos y Monetarios de la Comisión Europea, Amadeu Altafaj, ha subrayado la importancia de las últimas medidas de ajuste adoptadas, entre ellas el nuevo impuesto inmobiliario.

El eurodiputado del PP y miembro de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios, Íñigo Méndez de Vigo, ha asegurado en RNE que la situación de Grecia es insostenible y que el país debería salir del euro. "Tenemos que pensar seriamente en que Grecia salga del euro, (...) que es lo mejor para Grecia y para el resto de países. Y no pasa nada porque dentro de la UE hay otros 10 países que no tienen el euro como moneda", ha afirmado en una entrevista en la radio pública.

Tras subrayar que se ha hecho "todo lo necesario" para rescartar a Atenas, Méndez de Vigo ha señalado que "Grecia está quebrada". "Podemos buscar el término que se quiera, pero cuando el secretario de Estado griego dice que no tiene para pagar las nóminas del mes de octubre... ya me contará cómo se le llama a eso".

El parlamentario del PP considera que "no hay efecto dominó" porque "la situación en España e Italia es diferente". "No hay una crisis del euro, hay determinados países con nombres y apellidos que han hecho malas políticas económicas y ahora pasan apuros, como España", ha señalado Méndez de Vigo, "lo que afecta al resto".

El exministro de Administraciones Públicas Jordi Sevilla cree que las manifestaciones individuales de las grandes economías europeas sobre crisis y rescates disminuyen la confianza de los mercados sobre el resto de países.

Sevilla se ha mostrado contrario a la reforma constitucional que recogerá un límite del déficit público. Cree que un acuerdo entre los dos grandes partidos sobre los presupuestos de 2012 hubiera sido un gesto más fortalecedor para economía.

El exdiputado socialista y actual consultor de PricewaterhouseCoopers ha descartado sumarse al pesimismo imperante sobre la evolución de los mercados en otoño.

Las bolsas europeas han comenzado la semana con una nueva jornada de desplomes y gran volatilidad entre los rumores sobre la quiebra inminente de Grecia y la certeza de que, si no recibe el sexto tramo de la ayuda, en octubre no tendrán dinero para los funcionarios y las pensiones. En este contexto, el anuncio del Gobierno heleno de un nuevo impuesto inmobiliario no ha logrado tranquilizar a los mercados europeos. El selectivo español ha cerrado con una fuerte caída del 3,41%, por debajo de los 7.700 puntos (7.640,70), con todos los valores teñidos de rojo salvo Inditex, que ha conseguido cerrar en verde. Con este descenso, la Bolsa española ha cerrado en niveles de marzo de 2009. El resto de parqués europeos también han acusado la desconfianza de los inversores y se han desplomado en otra jornada aciaga. La que más ha perdido ha sido París, que se ha cerrado con unas pérdidas del 4,03% ante la posible rebaja de la nota de sus bancos por parte de Moody's por su exposición a la deuda griega, y se coloca en niveles de abril de 2009.