El expresidente Donald Trump, dos de sus hijos y sus socios hicieron que las joyas del emporio familiar parecieran más rentables de lo que son para conseguir préstamos y seguros mucho más baratos. Un fraude, según ha dictaminado el juez.
De un año para otro, declaró que la Torre Trump valía 170 millones de dólares más y sobredimensionó el ático en el que vivió dos décadas en 1.800 metros cuadrados.
Rascacielos, la mansión Seven Springs. Habría exagerado hasta las cuotas que ingresaba de los socios de sus clubs de golf.
Si Trump no impide el naufragio en las cortes de apelación, perderá el control de su imperio más icónico. El magistrado ha ordenado cancelar las licencias de sus empresas, no pueden operar en este estado. Y en menos de un mes pasarán a manos de un administrador judicial para liquidación.
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