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En Las Mañanas de RNE vamos a tratar de ponerle rostro a lo que están viviendo miles de personas en la Franja de Gaza. Hablamos con Emad Hegazi, palestino con nacionalidad española, que su mujer y tres de sus hijos están en la Franja de Gaza y nos confiesa que vive con angustia y nos cuenta que su familia ya no está en su casa porque la han casi derruido y asegura que “no hay ninguna zona que esté en paz." También conectamos con su hija Huda Emad Hegazi, que se encuentra en la Franja de Gaza, y nos confiesa que “esto es una pesadilla” y que “el único objetivo es poder sobrevivir.” Asegura que llevan “una semana sin corriente eléctrica y sin agua potable. Es algo insoportable.” Y a pesar de tener también la nacionalidad española, Huda nos explica que “todavía no hay acuerdo entre Israel y Egipto para que se abra la frontera y evacuar a los extranjeros.”

"Israel no puede cometer crímenes para defenderse y la Unión Europea no se puede quedar callada, por lo que no es solo un problema de Israel, es un problema de la comunidad internacional", ha señalado en Las Mañanas de RNE Luis Moreno Ocampo, ex fiscal jefe de la Corte Penal Internacional, que ha insistido además en la importancia de que se investigue a Hamás: “La Corte Penal Internacional tiene jurisdicción”, ha aseverado.

Ocampo considera que Israel está actuando en contra de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio al “crear las condiciones para la destrucción de un pueblo”, pero también acusa a Hamás de haber cometido un genocidio en el ataque a un festival en Israel.

Era alrededor de las siete de la tarde cuando se producía esta fuerte explosión que daba de lleno en el patio de uno de los hospitales más antiguos y el único cristiano de Gaza. Muchas personas había ido allí a buscar refugio al haber advertido Israel que iba a bombardear la ciudad. Uno de los lugares más afectados, la capilla, donde se había habilitado espacio para los refugiados que habían llegado de otras zonas de la franja. Con la luz del día la zona afectada muestra un amasijo de coches calcinados y mantas y colchonetas que servían de abrigo. Ahora, para muchos, el hospital ha dejado de ser un refugio seguro de paz y compasión en medio del caos, como se presentaba en su página de internet.