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  • Publica Fuego y furia en España, el retrato de un presidente "infantil y caprichoso"
  • Insiste en que el objetivo de Trump es ser el hombre más famoso del mundo
  • Describe una Casa Blanca "caótica", repleta de pugnas por el poder y nepotismo
  • La "estrella de televisión" podría ser destituida por la trama rusa, según Wolff

El autor publica en España el libro en el que describe una Administración Trump "caótica", repleta de batallas y pugnas internas por el poder. En sus páginas, el escritor presenta a un Trump "infantil, mujeriego y caprichoso", del que su propio equipo desconfía, y que podría fácilmente acabar destituido por la trama rusa. Con más de 200 entrevistas -entre ellas tres horas de conversación con el presidente-, según el autor, Wolff se mete en los entresijos de los primeros meses de la Administración Trump y ahonda en los dramas personales de la relación con Melania o con su hija Ivanka.

El FBI ha reconocido este viernes que no investigó los avisos que recibió sobre la posibilidad de que Nikolas Cruz, el joven de 19 años que perpetró el último tiroteo en Florida, desatara una matanza en un centro educativo, ya que no se siguieron los protocolos ni se valoró adecuadamente lo que, admite, "debía haber sido considerado como una amenaza potencial".

La vigilia por las víctimas de la masacre del instituto de Parkland (Florida) congregó el jueves a miles de personas en la localidad, entre alumnos, profesores, familiares de los afectados, policías y autoridades locales. Así despidieron, todavía con el miedo y la angustia en el cuerpo, a jóvenes como Jamie, de 14 años, cuya muerte es "infinitamente dolorosa" para sus padres. Muchos de los asistentes dijeron estar todavía asustados por lo ocurrido, varios de ellos todavía traumatizados. En el homenaje a las víctimas, también instaron a Trump a tomar medidas sobre el control de armas en Estados Unidos, días antes de que el presidente visite la localidad donde ocurrió la tragedia.

Miles de personas se han reunido en una vigila en recuerdo de las 17 víctimas mortales de la matanza perpetrada este miércoles por Nikolas Cruz en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas, en Parkland (Florida, EE.UU.). Y miles no pudieron evitar emocionarse. Tanto jóvenes como adultos lloraron a lágrima viva al escuchar el testimonio del padre de la niña de 14 años Jamie Guttenberg, una de las víctimas mortales del ataque, que consiguió hablar gracias a los ánimos y frases de apoyo que recibió. El padre, Fred Guttenberg, explicó emocionado que el año pasado perdió a un hermano víctima de un cáncer, enfermedad derivada de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Pensó entonces que el dolor era insoportable, pero indicó que lo que ha vivido desde la tarde de este miércoles es infinitamente peor. "Jamie era la luz de la fiesta", dijo el progenitor, que lamentó no recordar si se despidió de su hija antes de que ésta saliera hacia la escuela y no la volviera a ver.

Presidido por una docena de figuras aladas, al lado del estrado, se colocó el denominado "tablón de la bondad", en el que los asistentes escribieron palabras de condolencia y apoyo, además de mensajes como "si el sol nunca falla y se levanta todos los días. Nosotros nos levantaremos también". En este espacio también hubo lugar para mensajes de tono político, como "Ya basta" o "NRA deja de matar a nuestros hijos", en referencia a la Asociación Nacional del Rifle, el poderoso grupo de presión a favor de las armas y contrario a una mayor regulación de las mismas en Estados Unidos. Lo vivido en Parkland inevitablemente remitía hoy a lo registrado hace año y medio tras la matanza en la discoteca gay Pulse, en Orlando, también en Florida, donde murieron 49 personas. Al igual que entonces, cientos de personas depositaron este jueves flores y velas en memoria de las 17 víctimas.

Una profesora riojana que trabaja en el instituto de Parkland donde el miércoles murieron 17 personas en un tiroteo, sobrevivió a la masacre al esconderse en un pequeño almacén junto a seis de sus alumnos. Allí permanecieron más de una hora, donde Patricia Rivas se dedicó a estar en silencio y a tranquilizar a los estudiantes, que, según explica "estuvieron muy bien". Lo peor llegó de noche, cuando, viendo las noticias en su casa confirmó que una de sus alumnas se encontraba entre los fallecidos. "Fue todo muy intenso, muy angustioso y, sobre todo, muy triste", afirma, mientras asegura que ahora se replanteará si sigue trabajando en el centro, al que llegó en julio de 2017.