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Y esto, en el día en que el Vaticano se ha encontrado con nuevas informaciones del diario The New York Times, según las cuales el Papa, siendo arzobispo de Munich, conoció y no denunció los abusos de un sacerdote alemán.

Un sacerdote estadounidense habría abusado de unos 200 niños sordos entre los años 50 y 70, según ha publicado The New York Times, quien también dice que Benedicto XVI ocultó este asunto. En La Tarde en Vivo entrevistamos a Juan José Tamayo, teólogo y director de la cátedra de teología y ciencias de las religiones en la Universidad Carlos III de Madrid, con el que intentamos averiguar porqué la Iglesia tiende a esconder o tarda en reconocer este tipo de casos. (25/03/10).

El Vaticano no actuó contra un sacerdote que abusó de 200 niños sordos en Estados Unidos porque conoció el caso 20 años después y el sacerdote estaba muy enfermo. Esta ha sido su respuesta a la noticia publicada por el New York Times, que acusa de encubrimiento a la jerarquía de Roma y entre otros, al entonces cardenal Ratzinger.

La jerarquía de la Iglesia Católica ha decidido tomar la iniciativa ante el alcance que están tomando los casos de pederastia denunciados en varios países. La Iglesia quiere preservar su imagen recordando que los casos, por graves que sean, representan a una minoría y que desde el Vaticano, nunca se ha sido tolerante. Ayer viernes, el Papa envió una carta pastoral a los irlandeses, un país donde los casos de abusos sexuales se cuentan por miles. Pero la historia de Irlanda, o la de Estados Unidos de hace unos años se reproduce ahora en varios países europeos. En Alemania, la patria natal del Papa, las denuncias se acumulan. La mayoría de los casos tuvo lugar hace 30 o 40 años, por lo que no se podrá juzgar a los culpables. La iglesia alemana se prepara para afrontar cuantiosas indemnizaciones, por haber ocultado los delitos y protegido a sus autores.

Se trata del religioso español detenido en Chile por posesión de pornografía infantil. Según la policía chilena, el propio Arregui grabó 13 horas de imágenes con una cámara oculta en un colegio de Madrid.