Juanma Latorre recopila algunas canciones de artistas latinoamericanos que hablan sobre el despecho, y nos explica por qué este sentimiento se ha convertido casi en un subgénero allí.
Emilio es un guitarrista profesional gitano que ya es abuelo pero todavía recuerda cómo de niño lloró por una guitarra que valía 700 pesetas. Al final su padre se la compró y desde entonces su sueño fue ser músico. Un sueño hecho realidad.
Mar Cambrollé es una mujer transexual de 64 años que vivió su infancia y parte de su juventud bajo el régimen franquista pensando que él tenía una orientación sexual diferente pero en realidad Mar nació con una identidad con la que no se identificaba desde niña. De eso se dio cuenta más tarde.
Nace con dos cuestiones que le golpean pero no elige. La pobreza y su identidad. Y aprendió con los años que “orientación es lo que me gusta, identidad es quién soy”.
Durante el franquismo, comenta: “Le gritábamos a nuestras familias, le gritabas a tu entorno, al mundo, soy una niña y el mundo te respondía, no eres una niña, eres un maricón. Vale, pues soy un maricón revolucionario, me da igual.”
En 1976 esta mujer alta y con paso firme, fundó en Sevilla el colectivoLGBT en Andalucía Movimiento Homosexual de Acción Revolucionaria (MHAR), asociación que el 25 de junio de 1978 convocó a la primera manifestación por la libertad sexual. Meses después la lucha por los derechos trans que Mar lideraba en Andalucía junto con otras activistas del país, lograron que se excluyera a los homosexuales de la ley de peligrosidad social que por aquel entonces estaba vigente y tenía a más de 3.000 homosexuales encarcelados.
Pero su lucha por los derechos de las personas transexuales es diaria y en 2014 fue una de los promotoras de la Ley Integral de Transexualidad que fue pionera en España y en Europa. Porque se logró la despatologización de las identidades de las personas transgénero y se reconoció que las personas pueden elegir libremente su identidad y la expresión de su género. Mar es una mujer sensible que se queja porque le robaron su infancia, su identidad. Vivió en el limbo si saber qué le pasaba hasta los 19 años y se emociona cuando recuerda cómo se reconcilió con su padre, víctima y verdugo de una sociedad que juzgaba y criminalizaba a personas como ella.
En Construyendo memoria habla esa niña, esa joven, esa mujer que siempre quiso saber el por qué de las cosas y nunca se conformó con encajar en una sociedad diseñada con un solo patrón.
