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Fue una de las Eurocopas de mejor y peor recuerdo para España. De lo mejor, la heroica clasificación tras el 12-1 a Malta, el gol agónico de Maceda frente a Alemania en el último partido de la fase de grupos y la tanda de penaltis contra Dinamarca en semifinales.
Pero no tocaba. Era el año de la Francia de Michel Platini, de Jean Tigana, de Alain Giresse. Y después de tanta heroicidad en el bando español tocaba el drama: a Arconada se le escurrió el balón entre las manos en un saque de falta de Platini. El resto ya es historia.
Un buen partido de España, que fue siempre superior a la selección inglesa. Sin embargo, los fallos en ocasiones claras y dos penaltis no pitados desembocaron en la ronda fatídica. Los penaltis marrados por Hierro y Nadal nos mandaron de vuelta a casa.
Raúl mandó a las nubes un penalti ante Francia que habría permitido a España ir a la prórroga y aspirar a las semifinales en la Eurocopa de Holanda y Bélgica (2000).
España tuvo que remontar en apenas tres minutos dos goles en contra. Un gol de Alfonso en el descuento dio el pase en un partido de infarto contra Yugoslavia.
