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"Esto es como un hotel, cuando llegamos estaba todo preparado, la gente estaba esperándonos. Nunca nos han recibido así". Así se expresa Silvina Villalba, una de las muchas vecinas de Paiporta que, tras la DANA que ha asolado la Comunitat Valenciana, se ha quedado sin nada. Una semana después de la tragedia se ha instalado junto a sus hijos en Yátova, un municipio ubicado a 41 km por carretera de su casa.

Silvina es la madre de una familia monoparental y vivía en la considerada como zona cero de la tragedia. La tarde del 29 de octubre, al igual que le ocurrió a cerca de 850.000 personas de la provincia de Valencia, vio cómo su localidad quedaba inundada de agua y cubierta de barro.

Antonio, Marta y Nacho son alumnos de un instituto de Córdoba del grado de Emergencias. Junto a su clase, fueron de los primeros en llegar a zonas afectadas por la DANA. Trabajan como voluntarios sin descanso, incluso por las noches, para ayudar a los vecinos e incluso acudir en su auxilio, si es necesario. Pensaban que no pasarían más de un par de días, pero de momento no se marchan: creen que su labor todavía es necesaria.

La DANA ha interrumpido la vida de casi un millón de personas en los 73 municipios afectados. Entre los que más lo acusan, los niños, que conviven con el dolor y están fuera de sus rutinas. Los menores que hayan salido de las zonas afectadas, esta semana pueden ir a otros centros de la población en la que estén. Por ejemplo, en Aldaia, se oye música después de una semana. Es gracias a Lluís. Ha habilitado esta escuela para los niños y niñas que se han quedado sin clases.

El mapa de la DANA en Valencia sigue marcado por la destrucción. Este miércoles nos hemos acercado a Pedralba. Una pequeña localidad de 3.400 habitantes, que ha estado aislada durante días y en tiempo récord han limpiado el pueblo. Sin embargo, va a tardar meses en volver a tener agua potable. En esta zona los vecinos, muchos dedicados al campo, se han quedado sin su medio de vida.

Después de ocho días de una de las catástrofes más devastadoras que ha vivido España, el equipo de TVE se ha puesto en contacto con algunos de los supervivientes de la DANA. Es el caso de Gora. La riada le pilló en el coche y para ponerse a salvo se tuvo que subir a un árbol. “Hay gente que pedía ayuda y no pudimos hacer nada porque el agua era más fuerte que nosotros”, ha expresado. Por otra parte, Iván se salvó de la corriente porque se subió a un muro y una vez allí pudo rescatar a una madre y su hija.

Susana Vidal, una vecina afectada del municipio valenciano de Pedralba, sigue buscando a su marido e hija, José Javier Vicent y Susana Vicent. Esta mujer no sabe nada de ellos desde el martes cuando su marido le envió un WhatsApp diciendo que "pasa mucha agua por delante de la casa". Es una casa de campo en una zona rural a tres kilómetros del pueblo de Pedralba.

También ha expuesto que su zona es muy complicada de acceder porque "todos los campos se han convertido en barro", por lo que ha pedido que les "hace falta maquinaria pesada. Algo que pudiera entrar ahí para levantar, para remover, para buscar por debajo de lo que está a la vista. Porque hay que contar con todas las posibilidades". "No os olvidéis de nosotros, por favor", ha rogado Susana.

Pedro Gullón, director general de Salud Pública y Equidad en Salud, ha recordado las recomendaciones que ha emitido Sanidad acerca del tratamiento de los alimentos y las labores de limpieza. Insiste en la necesidad de que las personas vulnerables intervengan lo menos posible en estas tareas y ruega a quienes lo hagan que incorporen las medidas de protección necesarias. Se trata de evitar la aspiración de sustancias y el contacto con el agua, para minimizar la exposición a agentes infecciosos.

Gullón asegura que han utilizado diversos canales para tratar de llegar a la máxima cantidad de población posible. Además, ha indicado una serie de síntomas con los que se recomienda acudir al médico.