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  • Es la única ‘primavera árabe’ que continúa con el proyecto democrático
  • Supo enfrentar los momentos críticos y evitar polarizaciones como en Egipto
  • La parálisis económica y la división política son sus grandes retos

Túnez aprueba su nueva Constitución, que supone el principio del fin de una transición que prendió con el estallido de las primaveras árabes. El príncipe Felipe ha representado a España en esa ceremonia y ha puesto la Constitución española como ejemplo de convivencia democrática.

La Asamblea Nacional Constituyente (ANC) aprobó por una amplia mayoría el texto de la nueva Constitución del país, la primera que se elabora de manera democrática desde su independencia en 1956. Con un año de retraso sobre la fecha prevista, tras tres semanas de discusiones maratonianas que comenzaron el pasado 3 de enero, y tras hora y media de lectura de los 146 artículos, 200 de los 216 diputados presentes votaron a favor de la que se llama Constitución de la segunda república.

Túnez está a punto de ratificar su Constitución en la que por primera vez, en un país árabe, se establece por ley la igualdad entre el hombre y la mujer. Una carta magna en la que se renuncia a la instauración de la "sharia" o ley coránica. Túnez pretende poner fin a una crisis que ha paralizado la vida política del país desde que el 25 de julio fuese asesinado el diputado opositor Mohamed Brahmi, presuntamente por grupos yihadistas. Un equipo de Informe Semanal se ha desplazado a Túnez para conocer la realidad de un país que pretende hacer de la igualdad se máxima de convivencia.

En Túnez, la alianza entre moderados, tanto laicos como islámicos, ha permitido la aprobación de un Constitución histórica. La primera en el mundo árabe, que establece la paridad entre el hombre y la mujer.