Lesbos: el sótano de Europa
- 20.000 personas se hacinan en el campo de refugiados de Moria concebido para 3.000
- Un buque militar acoge a los que no tienen derecho a solicitar asilo
Los dos mandatarios se reúnen en Moscú para abordar la situación en el noroeste de Siria a raíz de los enfrentamientos cada vez más graves entre el ejército de Al Assad, apoyado por Rusia, y las unidades turcas. De hoy puede depender que se alivie en algo la que la Naciones Unidas considera la peor catástrofe humanitaria de la actualidad con un millón de desplazados desde el uno de diciembre.
Informa Cristina Sánchez, corresponsal en Oriente Medio
La Unión Europea respalda la actuación de Grecia en la crisis de migrantes en la frontera greco-turca. Los ministros del Interior de los 27 han pactado una declaración en la que señalan que no van a tolerar el paso irregular de migrantes a través de la frontera exterior.
Los 27 buscan evitar la división interna que la llegada de refugiados provocó entre ellos en 2015. En aquel momento se pactó un reparto de solicitantes de asilo entre los socios que muchos no llegaron a cumplir. "Antes estábamos divididos, ahora estamos unidos", dijo la Comisaria del Interior, Ylva Johansson. Esa unidad se vio ayer en un comunicado conjunto de los ministros del Interior: apoyan plenamente a Grecia, le enviarán refuerzos humanos y técnicos para sellar la frontera. Para los que intentan entrar en Europa la Unión lo tiene claro, dice que se olviden: "Los pasos irregulares de la frontera no se tolerarán", advertía ayer el primer ministro croata, quien evita referirse a las posibles violaciones de los derechos humanos en Grecia.
En la calle, un centenar de personas protestaban por la mano dura europea: "Los refugiados son bienvenidos aquí", coreaban un grupo de manifestantes que acusaban a la UE de adoptar el discurso de la extrema derecha.
Informa María Carou, corresponsal en Bruselas.
La tensión sigue aumentando en la frontera greco-turca, donde se concentran miles de migrantes tras la decisión de Ankara de abrir sus puertas a Europa. Como decimos, la tensión ha ido a más y en las últimas horas un migrante ha fallecido en uno de los puestos fronterizos por disparos procedentes del lado griego cuando estaba tratando de entrar en Grecia. Nos situamos en la isla de Lesbos.
Los ministros de Interior de la UE rechazan el uso que Turquía hace de los refugiados, para lograr sus objetivos en Siria. Bruselas ha anunciado una ayuda urgente de 170 millones para la crisis migratoria que sigue en la frontera entre Grecia y Turquía. La tensión entre ambos países y en los campamentos griegos continúa. Por otro lado, han anunciado la llegada de otros 400 migrantes a la isla griega de Lesbos que están siendo trasladados para su identificación.
Josep Borrell ha dicho este miércoles que la situación en la frontera entre Turquía y Grecia es inaceptable. El alto representante de la Unión Europea ha hablado esta mañana con el presidente Erdogan y ha asegurado que Europa cumplirá su compromiso económico con Turquía. Mientras, el flujo de migrantes no se detiene, tratan de cruzar la frontera por tierra, o por agua.
La Policía griega ha vuelto a lanzar este miércoles gas lacrimógeno contra los migrantes y refugiados que tratan de entrar al país desde la frontera con Turquía. Algunos logran cruzar el río pero son devueltos a territorio turco, según informa el enviado especial de TVE, Miguel Ángel García.
Cerca de 24.000 migrantes han sido rechazados en la frontera de Grecia desde el sábado, cuando el Gobierno turco abrió sus fronteras a los refugiados. Ahora Turquía no les deja regresar a pesar de que la Unión Europea le pide que cumpla el acuerdo migratorio. Ya se están creando los primeros campamentos con miles de personas que tienen como objetivo pasar a Europa. Muchos de los refugiados han intentado entrar en países europeos de forma legal, pero ha sido imposible. Es el caso de un ingeniero pakistaní que asegura haber intentado por todos los medios llegar a Europa pero que ha sido imposible. También los han intentado miles de familias con niños que esperan poder llegar a Europa para encontrar una vida mejor.
Las tres máximas autoridades de Bruselas, la presidenta de la Comisión europea, Ursula Von Der Layen, el presidente del Consejo europeo, Charles Michel, y el del Parlamento europeo, David Sassoli, se han desplazado a la zona para conocer la situación 'in situ' y mostrar la solidaridad europea. El Gobierno griego ha planificado un centro de internamiento más restrictivo, ha suspendido el derecho de asilo contraviniendo el derecho internacional, ha autorizado prácticas de tiro con munición real en la zona. Todo ello, con grupos de ultraderecha hostigando a cooperantes, refugiados y periodistas. Von Der Layen ha dicho que su prioridad es dar a Bulgaria y Grecia todo el apoyo que necesitan para gestionar la situación sobre el terreno. Hasta una de esas fronteras, a la Isla de Lesbos, se ha desplazado nuestra enviada especial, Sara Alonso.
"No pueden y no van a chantajear a Grecia de esta forma", ha dicho el vicepresidente de la Comisión Europea responsable de Migración, el griego Margaritis Schinas. Los presidentes de la Comisión, Consejo y Parlamento Europeo están visitando la zona para evaluar la situación.
Al otro lado, en Turquía miles de personas esperan la oportunidad para cruzar a Europa. Una oportunidad cada vez más difícil viendo el refuerzo policial en las fronteras. Sirios y yemeníes denuncian que la policía griega les ha robado todo lo que tenían y después los han devuelto al otro lado de la frontera, a Turquía. Un equipo de Televisión Española está en un punto de entrada a Grecia, también bajo un férreo control de seguridad turco.
Miles de migrantes y solicitantes de asilo tratan de cruzar a Europa por la frontera entre Grecia y Turquía. Lo hacen después de que Ankara haya abierto las puertas. Ha roto su acuerdo en materia migratoria con la Unión Europea como medida de presión en el conflicto sirio. La situación es dramática. Ayer mismo un niño murió al caer de la embarcación en la que viajaba. María Jesús Vega, portavoz en España de ACNUR, ha asegurado que se está abusando del uso de la fuerza en la frontera. Afirma que no hay base legal para suspender el derecho de asilo y reconoce que Grecia necesita más apoyo, no sólo económico, para hacer frente a la crisis migratoria.
La Unión Europea firmó hace cuatro años un convenio con Turquía por el que ha pagado, al menos, 6.000 millones de euros. Los políticos europeos no han renovado el acuerdo y el presidente de Turquía, Tayyip Erdogan, ha mantenido hasta ahora a los cuatro millones de refugiados que ya no está dispuesto a contener en su territorio. El gobierno turco no sólo exige los 30 millones de euros que calculan les ha costado mantener a estoslos refugiados sirios, sino que ha mostrado su hartazgo con Europa tras la no intervención de la OTAN después de la muerte de 35 de sus soldados en la guerra de Siria.
La inmigración y los refugiados vuelven a ser un problema grave e inmediato para la Unión Europea. Turquía ha abierto sus fronteras para dejar pasar, via Grecia y Bulgaria, a miles de refugiados de la guerra en Siria. Es una forma de presionar para que la OTAN y la Unión Europea se impliquen más en ese conflicto y para recibir más ayuda para atender a los miles que están en su territorio. El presidente turco advierte a la unión que tendrá que compartir la carga. Los refugiados vuelven a ser los grandes perjudicados de toda esta situación, y utilizados como moneda de cambio. Ruth Ferrero es profesora asociada de Ciencia Política de la Universidad Complutense, y experta en migraciones y Balcanes. En su opinión, la Unión Europea tiene que hacer principalmente dos cosas: primero cumplir la legalidad y los acuerdos de Ginebra, y después no confiar en Erdogan.
Grupos de vecinos acosan a periodistas y ONG que rescatan a migrantes tras la apertura de la frontera con Europa de Turquía. En tierra, la Policía griega dispersa con gases y humo la entrada de migrantes. "Es una invasión turca", según el Gobierno griego, que ha suspendido durante un mes el derecho a solicitar asilo, lo que la ONU le recuerda que es ilegal.
"He abierto las fronteras y no paran de llamarme", decía hoy el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. La presión también se intensifica sobre las islas del Egeo, ya que en las últimas 24 horas han llegado mil personas a Lesbos o Quíos, donde ya viven en condiciones deplorables más de 40.000 refugiados y migrantes, hacinados en campos y sin opción a ser trasladados al continente. Hoy moría un menor de edad al volcar su embarcación frente a unas costas donde pequeños grupos organizados de ultraderecha protestan contra la acogida de migrantes.
Miles de migrantes siguen cruzando la frontera de Turquía con destino a Grecia y Bulgaria. El gobierno turco de Recep Tayyip Erdogan mantiene abierta la frontera como forma de presión para conseguir apoyo en la guerra de Siria y advierte a Europa de que "tendrán que compartir la carga" de los casi 4 millones de refugiados.