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UGT y Comisiones Obreras prefieren evitar la guerra de cifras y el Gobierno se limita al respeto por los paros. Además, el sindicato de funcionarios CSIF ha roto relaciones con los dos mayoritarios, a los que acusa de utilizar a los empleados públicos como moneda de cambio en la negociación de la reforma laboral.

El secretario general de UGT, Cándido Méndez, ha puesto un notable, un siete, a la "voluntad de acuerdo por parte de las centrales sindicales" en el diálogo sobre la reforma laboral que esta tarde aborda su última reunión. Entrevistado en Radio Nacional, Méndez ha apuntado también que este miércoles es "un día decisivo, pero no definitivo" para la reforma laboral y advierte a la CEOE de que no puede pretender "un vuelco total en las relaciones laborales". (09/06/10).

El Gobierno, la patronal y los sindicatos encaran el último tramo de una negociación sobre la reforma laboral que puede desembocar en un pacto o en la aprobación unilateral de un real decreto. El secretario general de UGT, Cándido Méndez, asegura que los sindicatos no van a aceptar una fórmula que sirva para dar un vuelco a las reformas laborales y constituya "un paso definitivo a un poder discrecional sin límites para el empresario" (09/06/10).

El Gobierno, la patronal CEOE y los sindicatos CC.OO. y UGT tienen este miércoles la última oportunidad para pactar la reforma del mercado de trabajo y evitar así que el Ejecutivo la apruebe por decreto la próxima semana. La cita tiene lugar el día siguiente a la huelga de funcionarios.

CC.OO. y UGT calculan que cerca de 2 millones de trabajadores del sector público han hecho huelga, un 75%. El Sindicato Independiente de Funcionarios ha dicho que cerca del 70%. La cifra del Gobierno no llega al 12% y los Sindicatos dicen que está maquillada.

El gobierno y los agentes sociales vuelven a reunirse el miércoles. Desde el ejecutivo dicen que quieren favorecer la contratación estable mientras los sindicatos consideran que sólo se pretende abaratar el despido.