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Este martes se cumple una semana de la incursión ucraniana en territorio ruso, la primera de un país desde la II Guerra Mundial. Ucrania mantiene que no tiene intención de anexionarse ninguna región, y que se retirará si Moscú acepta una paz justa. Con misiles y drones, Rusia ha atacado infraestructuras energéticas en Sumy. Es la parte de Ucrania con la que el presidente Volodímir Zelenski justifica su incursión en territorio ruso. Dice que los ataques llegan desde la región de Kursk, pero detrás de la ofensiva sorpresa, hay más logros y por eso es tan importante. 

Por un lado, alivia la presión en el Donbás, ya que Vladímir Putin sigue desplazando tropas para contener la brecha. Por otro, mejora su posición negociadora y su imagen frente a los aliados, pero también levanta la moral de sus tropas y humilla a las rusas. El objetivo final: "Hay que forzar a Rusia hacia la paz", resume el presidente ucraniano. 

El mensaje ruso ahora es que el avance está controlado. Siguen evacuando a sus ciudadanos, ya son casi 200.000 rusos abandonando sus casas. Según un análisis de France Press, basado en datos del Instituto Americano para el Estudio de la Guerra (ISW), ayer Ucrania controlaba 800 km2 en la región rusa de Kursk. Y añade esta comparación: en todo 2024, Rusia ha avanzado en Ucrania 1.360 km2.

Foto: ROMAN PILIPEY / AFP

En una semana de incursión, las tropas ucranianas controlan ya una treintena de localidades en la región rusa de Kursk. En redes, vídeos en los que soldados ucranianos quitan banderas rusas de edificios oficiales. Han entrado 12 kilómetros, informaba el gobernador de Kursk, cuando Vladímir Putin, visiblemente molesto, le interrumpe. "Limítese al tema humanitario. Ya nos explicarán los datos militares sus responsables, aquí presentes", decía el presidente ruso. Muy diferente, el informe del enemigo: "Controlamos 1.000 kilómetros cuadrados de la federación Rusa y la operación continúa", dice el responsable de las Fuerzas Armadas al presidente Volodímir Zelenski. Ucrania podría sacar ventaja de la operación en futuras negociaciones de paz. Según Moscú, 120.000 personas han sido evacuadas de Kursk y más de 10.000 de la región vecina de Bélgorod. 

REUTERS/Viacheslav Ratynskyi