¿Por dónde empezamos?
Lo primero, echemos un vistazo al archivo. En el Departamento
de Documentación me dan la cifra: la historia de TVE
se guarda en 900.000 cintas de vídeo. Glups! Y lo peor
no es eso. Lo más difícil es que se guarda también
en la memoria de millones de españoles que tienen archivada
en su biografía sentimental series, concursos, sintonías,
imágenes...
¿Cómo hacemos para ordenar todo ese
lío?
TVE ha celebrado, con galas y programas especiales el 20
aniversario, el 25, el 30, el 40. Ha escrito su autobiografía
en "Érase una vez la tele"; ha informado
sobre sí misma en "625 líneas", "Dos
cadenas para tí" o "Y sin embargo te quiero"....
Ahora que llegamos al medio siglo de vida hay que pensar algo
para que los telediarios recuerden el asunto.
Podríamos esperar al 28 de octubre, el día
del cumpleaños. ¿Resumimos un millón
cintas de vídeo en un día? Nos iba a quedar
un poco apretado, así que mejor tirar por la calle
de en medio. Seamos ambiciosos. Veamos.
¿Han pasado 50 años?, pues juguemos con la
cifra. Durante 50 domingos, a las tres de la tarde y a las
nueve de la noche, los telediarios reservarán un espacio
para contar quiénes somos, de dónde venimos y adónde
vamos.
Parece que la cosa avanza.
Ya hemos resuelto el "cuándo"; ahora viene
lo más difícil. ¿Cómo organizamos todo?
Pongámonos pedantes y usemos a Proust. Con la “tele”
nos pasa algo parecido a lo que le pasaba al joven Marcel
cuando mojaba la magdalena en el té: vemos unas imágenes,
oímos una sintonía, y se nos viene a la cabeza
la primera novia, aquella bronca en casa, los primeros años
de Facultad. Y la memoria no funciona con la precisión
de los calendarios. Nadie recuerda un año, y luego
el siguiente, y luego el siguiente. Ni repasa su biografía
por orden alfabético.
Evitada la tentación aburridísima del orden
cronológico, lo que haremos será buscar a los
responsables de series, concursos o debates; a los que estaban
delante de las cámaras y a los que están o estaban
detrás para que nos revelen sus secretos; recuperaremos
esas imágenes que tenemos todos en la memoria y las
compararemos con las que vemos hoy. Y así sabremos
como se hacía la “tele” hace 50 años
y cómo se hace ahora.
Y así construiremos la historia de eso que algunos
llaman caja tonta y que, a veces, lo es, como a veces es lista
o aburrida o creativa o divertida o sesgada o veraz o mentirosa,
pero que casi nunca deja a nadie indiferente.
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