Jesús Guzmán, Braulio en el cartero de “Crónicas
de un pueblo”, dice que le han prometido una calle con
su nombre o el de su personaje, en Santorcaz, el pueblo donde
se rodó la serie.
Compartí con él una mañana soleada de
principios de enero, paseamos por las calles de Santorcaz
y saludamos a los vecinos, y he de decir que su entusiasmo
nos contagió a todos.
A sus 79 años y con 152 películas a sus espaldas,
Jesús Guzmán es uno de esos secundarios de lujo
que, como muchos de sus compañeros de profesión,
ha dignificado el cine español con su trabajo; sólo
por eso se merecen un monumento.
Para llegar a Santorcaz nos perdimos por las carreteras comarcales
de Madrid en el límite con Guadalajara. Ni la Comunidad
ni el Ministerio de Fomento se han tomado la molestia de señalizar
el camino, así que tuvimos que preguntar (y mientras
tú le pones la mejor cara que puedes al paisano que
anda por allí, el AVE a Zaragoza pasa zumbando con
aire de suficiencia). Hasta aquí venía todos
los días el equipo de TVE a rodar; cámaras,
actores, maquilladores y técnicos cogían un
autobús en Prado del Rey y hacían el mismo recorrido
que hemos hecho nosotros, pero por aquellas carreteras de
la época (1971 - 1974); a primera hora de la tarde
se volvían por donde habían venido.
Al frente de todo este tinglado estaba Antonio Mercero.
Mercero ha sido uno de los realizadores más solventes
de esta casa. Dice que “Crónicas de un pueblo”
fue un encargo que le permitió hacer otros trabajos,
entre ellos La Cabina (TVE, 1972) el único programa
de televisión realizado en España que tiene
un Emmy, esos Oscar para la tele que se dan en EEUU. Es el
responsable también de otras muchas series de éxito,
como "Este señor de negro" (TVE, 1975), "Verano
Azul" (TVE, 1979), o "Turno de oficio" (TVE,
1986), y de "Farmacia de guardia" (1991) ya para
otra cadena.
Mercero tuvo que superar las imposiciones políticas
de la época; corrían los últimos años
del franquismo y en la serie se tenían que citar de
corrido los artículos del Fuero de los Españoles
(una especie de constitución que Franco se sacó
de la manga para que pareciera que todos éramos iguales
ante la ley y que teníamos derechos civiles y políticos).
Hoy puede resultar un poco chocante pero a los que veíamos
el programa en esos años nos ponía los pelos
de punta. Mercero supo sacar adelante el proyecto y darle
su toque personal, pero le quedó un pueblo edulcorado,
en el que no había conflictos sociales ni políticos
y donde el cura, el alcalde y el maestro vigilaban para que
nadie se saliera de madre.
Eso nos lleva a Cuéntame que trata esos mismos años
desde otra perspectiva. La coincidencia de dos series ambientadas
en la misma época nos ha permitido echar una mirada
al pasado y observar la evolución de la sociedad española
en estos últimos 30 años, y con ella los cambios
que se han producido también en la televisión.
Pero no hemos de olvidar que se trata de series dramáticas
de ficción, no de documentales, y que nosotros tampoco
queremos hacer revisionismo sino mostrar cómo somos
y cómo hemos sido, aunque sin dejarnos atrapar por
la nostalgia, esa trampa que nos pone la memoria para hacernos
creer que las cosas fueron como no fueron.
En Santorcaz, la plaza del pueblo se llama Plaza de la Constitución,
hay también una calle de Televisión Española,
quizá, no lo sé, la única calle con ese
nombre en todo el territorio nacional, así que no debimos
dejar mal recuerdo allí; dentro de un tiempo puede
que haya una calle de Braulio, el cartero. Para Jesús
Guzmán eso sería la felicidad completa.
carlos.ruscalleda@rtve.es
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