De todos nuestros recuerdos probablemente sean los de la infancia los que mantenemos más vivos . Por eso, al elaborar un reportaje sobre los programas infantiles, hay que estar atento a las peticiones de los compañeros: ¡No te olvides de La casa del reloj!, ¡Hay que encontrar a los Chiripitifláuticos!. ¿No vas a sacar a Epi y Blas?

Cada uno tenemos un programa de referencia, ese con el que pasábamos las tardes a la salida del colegio; su sintonía está aun en nuestra cabeza y podemos cantar sin problema la letra de sus canciones. Por ejemplo, mis hermanos mayores aun recuerdan de memoria la canción de los malasombra, unos señores que para mí eran auténticos desconocidos.

El archivo de Televisión Española me descubrió las marionetas de Herta Frankel, pionera en esto de entretener a los niños, y la inocencia de las aventuras de los Chiripitiflauticos a los que encontramos gracias a Mari Carmen Goñi, Valentina, que conserva los teléfonos de todos sus compañeros y nos ofreció su casa para el reencuentro. Los tres echaban en falta aquella tele sin tacos y con mucha urbanidad como decía el Capitán Tan.

Miliki también nos abrió las puertas de su casa y de sus recuerdos. Con él descubrimos que nuestros payasos venían de trabajar en la televisión cubana en los años 50, de hacer gira por norteamérica con Buster Keaton o triunfar en Argentina. En fin, que eran unas estrellas cuando volvieron a España en los 60 dónde no les conocía nadie y tuvieron que empezar de cero. De su paso por Televisión Española, donde estuvieron en total casi 20 años guardan los mejores recuerdos. La primera vez que pidieron niños en directo en el plató les tomaron por locos, hoy nadie entendería sus programas sin aquel público entregado.

Saltando de década llegamos a los ochenta, donde la Bola de Cristal marcó un estilo irrepetible. A su directora y guionista, Lolo Rico, la encontramos en San Sebastián, dónde charló con nuestros compañeros del País Vasco sobre la difícil tarea de hacer programas para niños. Ella nos dio dos claves del éxito, lo que aburre a un adulto aburre a un niño, y hay que cocinar el programa como si fuera una tarta, con muchas capas, los más pequeños sólo darán un bocadito y los grandes se llenarán la boca, pero todos pueden disfrutarla.

Hoy los favoritos de los niños son Los Lunnis y a los responsables de Luna, Lunera les entusiasmó la idea de colaborar con nosotros. Sus guionistas se pusieron manos a la obra y en un santiamén idearon varios sketchs protagonizados por los lunnis para celebrar los 50 años de programas infantiles. Una fecha estupenda para recordar a todos los que nos han hecho aprender, y sobre todo divertirnos, delante de la tele.