Películas de cine, video de dos pulgadas, video de una pulgada, "umatic", "betacam", SX, SP, IMX, disco duro... qué lío, dios. Entrar en los archivos de TVE es abrumador. Un laberinto de kilómetros de estanterías que te enfrenta a ese galimatías de formatos.
En sólo cincuenta años, a un ritmo cada vez más frenético, se han ido sucediendo o superponiendo, según el momento histórico, diferentes soportes de grabación de imagen y sonido para la tele. Al cine le sucedieron las 2 pulgadas, luego llegó el video de pulgada, después el efímero "umatic"... etc, etc... Y cada sistema se fue jubilando a medida que se incorporaban nuevos avances. Así fue como se retiraron los históricos telecines, cámaras, moviolas o mesas de montaje que hemos visto arrinconados en Prado del Rey.
Solo por esto, ya se entiende que los archivos de la tele son un gigantesco cajón de sastre donde cabe todo, donde cualquier contenido puede estar en cualquier tipo de continente, donde todo puede ser fácil de recuperar... o dificilísimo... o imposible. Porque todo depende de una maraña increíble de factores, muy prolija de contar, de verdad.
Por tanto dedico el resto de esta "blog" al síndrome del vinagre, del que me han hablado en nuestra visita al Centro de Documentación de Prado del Rey. Se trata de una alarmante enfermedad que afecta a las antiguas cintas de cine, al celuloide, y ahora se intenta combatir con urgencia.
Nada más entrar en la filmoteca de Prado, con latas de películas almacenadas en estanterías hasta el techo, lo notas: un cierto olor agrio, como de vinagre.
Me cuenta Miguel García Chamorro, uno de los responsables, que es el síntoma de un gravísimo problema de conservación que amenaza a todas las filmotecas del mundo. Hasta ahora se pensaba que guardar el celuloide en latas herméticas era lo mejor.
Pero el tiempo ha demostrado que esas condiciones favorecen la descomposición de la emulsión de la película, provoca ondulaciones y arrugas en la cinta, y la hace inservible, mientras desprende ese característico olor a ácido. Por eso la recuperación de películas de cine, las más antiguas grabadas por cámaras de TVE, es un objetivo urgente del Centro de Transformación Documental de Prado del Rey.
Y están en ello. Por un lado, protegen las películas cambiándolas de envase: las típicas latas de cine las sustituyen por cajas de plástico duro con rendijas que permiten la ventilación interior. Por otro, todos los días, vuelcan películas de cine a video digital, una reconversión de formato para preservar el contenido, hacerlo más accesible y fácil de recuperar. Nos han enseñado cómo limpian y restauran estas cintas, cómo con sofisticados programas digitales les quitan manchas y rayas, cómo les devuelven el color para archivarlas en buen estado.
El trabajo parece inabarcable. Pero el optimismo de Chamorro tampoco tiene límites... "hombre, si seguimos así en unos diez años tendremos transformado todo el cine en video digital. Y el video de pulgadas, en unos cuatro o cinco años"...
En fin, en fin...confiemos en que los avances técnicos sirvan para acelerar el proceso un poco más... ¡Miedo me da el vinagre!
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