Ese grito, eufórico y un puntito socarrón, lo popularizó el presentador Joaquín Prat a finales de los ochenta en EL PRECIO JUSTO, uno de los concursos más sonados de la historia de la tele. Uno entre muchos, porque en cincuenta años de vida, hay decenas de concursos célebres. Desde el primer día.

Me cuenta Fernando García de la Vega, inventor de programas y veterano realizador de TVE, que su recuerdo más antiguo de la televisión está ligado a un concurso en el pequeño estudio del Paseo de la Habana. Estaban todavía en pruebas, a mediados de 1956...

-Cuando llegué había allí un señor, con las manos atadas a la espalda, que intentaba comerse una manzana que colgaba del techo. El animador del concurso era José Luis Ozores, tristemente desaparecido -recuerda.

Han fallecido otros carismáticos presentadores: Joaquín Prat, autor del "grito de guerra" que abre este blog; Daniel Vindel , durante más de diez años árbitro de CESTA Y PUNTOS; Kiko Ledgar, el primer conductor del UN, DOS TRES…

Tengo suerte, en cambio, de poder evocar recuerdos con otro histórico, José Luis Pécker, presentador de LAS DIEZ DE ÚLTIMAS o de la segunda etapa de UN MILLÓN PARA EL MEJOR...

-Hubo una concursante espléndida, -me dice José Luis- a la que llamaron "la mamá del millón" ( Mercedes Carbó), la más sorprendente. Hacía las pruebas con tanta sencillez, intentaba todo con tanto esfuerzo y alegría, que la gente la adoraba. Al final del concurso (1969) desveló que el dinero era para ayudar a su hija discapacitada mental. Y ahí el cariño del público se desbordó.

Cuando me lo está contando, José Luis Pécker se emociona...

-Es que me llegó muy dentro. Porque por entonces todavía vivía una hija mía que tenía el mismo tipo de minusvalía... Yo con aquella "mamá del millón" disfruté muchísimo. Todos estábamos con ella.

Haciendo la recopilación de los mejores concursos llegué al máximo: el UN, DOS TRES. Veinte años de éxito, más de cuatrocientos programas, el ejemplo perfecto de gran espectáculo televisivo.

De momento me ha sido imposible la entrevista con el padre de la idea, Narciso Ibáñez Serrador, un hombre clave en la historia de TVE. Chicho se recupera muy lentamente de una grave caída que tuvo hace meses. Y a la espera de poder hablar con él, localizo a Mayra Gómez Kemp, la otra presentadora de referencia del concurso.

-En el UN, DOS TRES sólo tres personas sabíamos donde estaban los premios: Chicho, un notario y yo. Y ¡no veas la cantidad de teorías de la conspiración que he tenido que escuchar! Que si me tocaba la nariz durante la subasta significaba que era un buen premio, que si me rascaba la cabeza era malo... Y luego todo son tics míos. A veces, estoy segura, si me rascaba la cabeza era por la laca y el calor de los focos durante tantas horas de grabación.

Mayra me cuenta y no para. Habla de la fama brutal que le dio el concurso a ella, la primera mujer que se atrevió a presentar un concurso en la televisión.

Estoy tambien con Nacho Pérez, uno de los "cicutillas" de la primera etapa...

-Yo era muy joven, un estudiante universitario. Tardaban más de dos horas en caracterizarme de hombre adusto y mayor. Todo aquello me resultaba muy divertido. Hasta los controles del censor, que revisaba el largo de las minifaldas de las secretarias cada día antes de empezar un programa.

Me entero que un compañero de Torrespaña, Paco Custodio, reportero gráfico, fue concursante del UN, DOS, TRES. No llegó a la subasta, sólo a la eliminatoria de parejas, pero aquellos dos minutos en pantalla le hicieron inmensamente popular en su barrio. A él, por supuesto, aquella grabación no se le olvida...

-Mi amiga y yo ganamos catorce mil pesetas. ¡Y nos dio para hacer un viaje a Londres, no te creas! En un "cuatro latas", claro, y economizando a tope.
Pero a mediados de los setenta ese dinerillo daba de sí.

Con los tres testigos directos del UN, DOS, TRES me hago una idea del impacto que tuvo. Y que tiene. Me llegan mails de jovencísimos seguidores del concurso, coleccionistas compulsivos de todo lo relacionado con mascotas, personajes y trastienda del UN, DOS, TRES. Para muchos es indudablemente el mejor programa de la televisión española de todos los tiempos.

Yo sigo llamando a Chicho. A ver si uno de estos días se anima y me destapa algunas claves de su cráneo privilegiado. Riiing, riiing...

marga.gallego@rtve.es