TELEDIBUJOS ANIMADOS
Si es que me acuerdo como si fuera ayer..."¡¡¡Yaaaba-daba-doooo!!!"... Me chiflaban "Los Picapiedra", eran mis favoritos. Con esos gadgets tan ocurrentes: el troncomóvil que recorría Rocadura; los electrodomésticos de la Edad de Piedra; Dino, el dinosaurio mascota. En fin, es hoy y me siguen pareciendo geniales.
Asi que, uno: me he divertido haciendo esta recopilación de dibujos animados. Dos: me ha permitido conocer a dos profesionales del mundo de la animación de primera fila.
Con el primero quedo en Torrespaña: Santiago Moro. Tiene un aspecto elegante y saludable. Impresiona a sus ochenta y dos años. Es uno de los padres de la "Familia Telerín", la histórica tira de dibujos que enviaba a los niños a la cama desde la tele. Su hermano José Luis, un genio con el lápiz, no se ha atrevido a venir.
-Es así siempre, -le disculpa Santiago-. Él está en su mundo, con sus dibujos y sus cosas, y delega en mí todo esto de hablar en público. No le gustan las cámaras.
En la España de 1964, repleta de familias numerosas, las casas debían ser un jolgorio continuo, un alboroto de niños hasta las tantas. Digo yo, por que los hermanos Moro recibieron ese año el encargo de Televisión Española de crear un miniespacio que, con autoridad y mando, enviara a los niños a la cama pronto, sin excusas. Los hermanos no se lo tomaron al pie de la letra. Al revés. Y su trabajo terminó siendo lo que conocemos: una tira amable y simpática de dibujos animados.
-Me sé los nombres de todos los componentes de la Familia Telerín, -le digo a Santiago-. Son Cleo, Teté, Maripí, Pelusín, Coletitas y Cuquín.
Santiago se ríe satisfecho y yo más, que por una vez doy la talla memorística. Luego me dice que no le extraña, que hablar de la Familia Telerín y recordarla le pasa todos los días...
-Mira, lo curioso es que son unos dibujos conocidos de todos, de todas las edades. Gente lo mismo de 60 años, de 40, de 30, incluso los que no vieron el "Vamos a la cama" en su momento, cantan la canción. Se ha transmitido de generación en generación. Todo el mundo lo recuerda.
Claudio Biern Boyd también se acerca a Torrespaña. Este hombre está en el origen de las principales series de dibujos animados españolas. Es el padre de "David, el gnomo", de "Willy Fog", de "Dartacán", de "Ruy, el pequeño Cid"... y ahora sigue al frente de una potente productora de dibujos, BRB Internacional.
-Todavía hoy sólo el siete por ciento de los cortometrajes animados que emiten las televisiones son españoles. Es un sector muy acosado. Los dibujos japoneses están copando el mercado y las grandes empresas norteamericanas presionan cada vez más imponiendo dibujos y series a su conveniencia. Pero nosotros seguimos aquí.
Y el éxito no les abandona. Claudio ha producido 32 series y dieciocho largometrajes de dibujos para televisión. En la mayoría, sus bazas de éxito han sido: guiones sólidos, basados en piezas clásicas de la literatura y dibujantes españoles de calidad. Además, según me dice, siempre se preocupa de que las historias transmitan valores positivos a los niños y estén debidamente documentadas.
-Con todo, aunque ponemos todo nuestro empeño en evitarlos, se nos cuelan gazapos. A Ruy el pequeño Cid, por ejemplo, en pleno siglo XI, los curas le castigan ordenándole caminar con garbanzos dentro de sus botas. Ruy obedece pero utiliza garbanzos cocidos. Ahí está la gracia, la astucia del personaje, y hasta aquí todo bien. Pero es que... ejem, los garbanzos no llegaron a Castilla hasta después del descubrimiento de América, varios siglos después.
Bueno, nadie es perfecto, que diría Billy Wilder. Por lo demás las series animadas de Biern Boyd se siguen reponiendo en las teles de medio mundo. Incluso "David, el gnomo" ha irrumpido en el mercado estadounidense en inglés...
-Tuvimos que hacer algunos retoques, -me cuenta Claudio,- porque a la estricta censura norteamericana le parecieron muy provocativos los enormes pechos de Lisa. Y debieron de ver demonios en la secuencia donde daba de mamar a sus hijos gemelos. Asi que tuvimos que cambiar eso.
¡Ay, dios, a quien me recuerdan esas tijeras!
Afortunadamente ya han desaparecido de TVE, y podemos ver sin sensación de pecado ni remordimiento las pechugas sanotas de la enanita. O la desnudez absoluta de la Pantera Rosa... ¡Cómo molan los dibujos, la verdad!
marga.gallego@rtve.es |