La tercera ciudad de Austria, urbe de marcado carácter industrial, es ejemplo de cómo la cultura puede actuar como palanca de cambio y regeneración urbana. En un par de décadas Linz ha conseguido situarse como referente internacional, con museos de enorme prestigio y una política de fomento de las artes y preservación de su patrimonio. La guía local Birgit Paltinger nos propone un gran paseo por esta capital del estado de Alta Austria que parte de su plaza mayor, Hauptplatz. Desde ese colorido corazón de la ciudad vieja buscamos la elevación donde se yergue el castillo, cuyo museo descubrimos en compañía de la guía y traductora Noelia Torres de Glasser. Asomados a la elegante curva que traza aquí el Danubio (a la que Linz debe el nombre), identificamos sus principales hitos culturales. En la orilla norte, el futurista Ars Electronica Center. Al sur del río, Lentos Kunstmuseum, un museo de arte moderno que visitamos de la mano de la artista Dana Rausch. Un poco más abajo, en esa misma margen derecha, encontramos el auditorio Brucknerhaus, homenaje al compositor y organista Anton Bruckner, ilustre vecino cuyo recuerdo se guarda en la iglesia de San Ignacio, antigua catedral. La nueva, de estilo neogótico y grandes dimensiones, está dedicada a la Inmaculada Concepción. Nuestra ruta se detiene en instituciones como la casa donde Mozart compuso en tiempo récord su Sinfonía n.º 36 en do mayor, también llamada Linz; el parlamento estatal o la siempre animada Landstrasse, que recorremos junto a Laura Kerbl, de la oficina de turismo. Antes de terminar nos adentramos en el rico envoltorio vegetal de la localidad: a bordo de un pintoresco tranvía escalamos la ladera del Pöstlingberg, colina con excepcionales vistas y un santuario de peregrinación en su cumbre.
Nómadas
Linz, faro de las artes en el Danubio
06/07/2024
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