La situación en la frontera entre Grecia y Turquía es insostenible, especialmente en las islas del Egeo como Lesbos o Quíos, donde miles de refugiados ya viven hacinados en campos y sin posibilidad de ser trasladados al continente. Miles de personas refugiadas se acercan a las costas griegas para poder entrar en territorio de la Unión Europea después de que Erdogán, presidente de Turquía, abriera las fronteras para presionar a Europa. Hoy un niño ha muerto ahogada al volcar el bote en el que viajaba cuando intentaba alcanzar la isla de Lesbos (Grecia) y un hombre ha fallecido en la frontera. Las autoridades griegas están respondiendo con antidisturbios para impedir la entrada de migrantes. En las costas, grupos organizados de ultraderecha atacan a refugiados, periodistas y miembros de ONGs. Hablamos con Malen Garmendia, coordinadora de Zaporeak, ONG guipuzcoana que opera en el campo de refugiados de Moria (Lesbos). El equipo de la ONG fue atacado por miembros de ultraderecha. "Destrozaron la furgoneta, nos pincharon las ruedas, abrían las puertas para arrastrarnos fuera y darnos una paliza...", cuenta Garmendia. Además de atacar a miembros de ONGs, estos grupos de extrema derecha impedían de forma violenta el acceso a la costa de la embarcaciones con personas refugiadas. "Esta agresividad que vivimos nosotros ayer puntualmente, los refugiados tienen que vivirla diariamente" cuenta para el 14 Horas en Radio Nacional. "Las condiciones aquí son muy muy precarias y la situación es insostenible. Son campos de concrentración".