Ha llegado con retraso pero es un paso firme hacia un futuro más verde. La primera Ley de Cambio Climático de nuestra historia se aprueba en el Congreso de los Diputados. Es la hoja de ruta que va a guiar a nuestro país en el reto de la transición ecológica. A lo largo de la próxima década, el compromiso es reducir en un 23% las emisiones contaminantes y a más largo plazo eliminar por completo esa huella. Esos son los grandes objetivos y para alcanzarlos se contemplan medidas como poner fin a la venta de coches contaminantes, transformar las ciudades o rehabilitar los edificios para ahorrar energía.
La ley prevé la descarbonización neta en 2050. Para 2030 se marcan dos objetivos: un 43% de consumo de energías renovables y lograr un sistema eléctrico con un 74% de generación a partir de energías de origen renovable. Para conseguir los objetivos se proponen medidas como el final de las autorizaciones de explotación de hidrocarburos, el final de la minería del uranio y el adiós a los vehículos de combustión en 2040. En dos años tendremos áreas de bajas emisiones en los núcleos urbanos de más de 50.000 habitantes, se fomentará la rehabilitación de viviendas para mejorar la eficiencia energética, habrá cambios en la dieta para hacerla más sostenible, y se protegerán los sumideros naturales de carbono como bosques y humedales. Habrá revisión al alza de la Ley en 2023.