Las mujeres son, según todos los indicadores, uno de los grupos sociales que más han notado la crisis del coronavirus. Sufren más la precariedad, sus sueldos están de media por debajo del que reciben los hombres por el mismo trabajo y, en muchos casos, tienen cargas familiares. Problemas que se arrastran y que han vuelto a aflorar en esta crisis.
Elke López es voluntaria en Somos Tribu mujeres, su objetivo es crear "redes personales" a las que pueden acudir las mujeres que lo necesitan y su papel se centra en las necesidades emocionales. Organizan actividades de meditación, escucha activa, apoyo emocional, talleres, bailes... “Muchas mujeres necesitan acompañamiento, en ocasiones tan solo sentirse acompañadas”, ha sostenido en 24 horas de RNE.
Alguno de sus grupos se dedica a actividades tan sencillas como tomar un café, mientras otros prestan atención psicológica a las mujeres. Cristina Gil es coordinadora de intervención social de Cruz Roja. En 24 horas de RNE ha indicado que los perfiles más afectados por la crisis del coronavirus son las familias monomarentales y los migrantes, “por tener una situación más vulnerable”. Gil ha explicado que son las que tienen trabajos más precarios o mayores dificultades para conciliar. “Muchas mujeres, además, trabajan en cuidados de mayores y perdieron su trabajo y sus ingresos durante la pandemia. Al vivir al día no tienen un colchón económico que les permita aguantar”, ha lamentado.
El Padre Ángel es el fundador de Mensajeros de la Paz, donde gestionan las necesidades más urgentes de mujeres que necesitan una solución temporal, a menudo con niños, y ofrecen pisos para víctimas de violencia de género. “Se les presta también ayuda psicológica y reinserción”, ha sostenido en 24 horas de RNE y ha añadido que iniciarán una campaña con la que pretenden proveer productos de higiene femenina.