Anthony Carro es director de la NASA en España. Su testimonio contribuye a abordar las comunicaciones espaciales, en el espacio profundo, a raíz de la llegada del ingenio Perseverance a Marte, un importante avance en la exploración espacial en la que la investigación española tiene gran protagonismo.
Desde finales de los años 50 del pasado siglo, las telecomunicaciones han evolucionado mucho. El primer artefacto artificial lanzado al espacio, en 1957, fue el Sputnik y pudo seguirse vía radio a través de la onda corta. Hoy en día la comunicación entre los vehículos espaciales se realiza en bandas de microondas KA y KU (en un rango de frecuencias utilizado en las comunicaciones vía satélite), e incluso vía láser.
En la comunicación de la misión Perseverance y de otras muchas tiene un papel importante el Complejo de Comunicaciones Espaciales de Robledo de Chavela, en la comunidad de Madrid. Forma parte de la red mundial de la que forman parte los centros ubicados en Goldstone (Estados Unidos) y Canberra (Australia). La elección de estos lugares obedece a que geográficamente están separados 120 grados en longitud, lo que permite que los vehículos y satélites espaciales siempre tengan un contacto directo con alguna de las tres estaciones terrenas, independientemente del movimiento diario de rotación de la Tierra.