Bienvenid@s a un bosque habitado por un "afroptimista", un guía de la Naturaleza, del ecologismo, de la Revolución de l@s Conmmovid@s, un maestro de rastreo, cybertracker formador… Le encontramos en Doñana, su hábitat natural junto con África. Afroptimista, dice él, José María Galán, porque cree mucho en los valores de los africanos. Es decir: compartir.
Ahora Galán nos recuerda, como decía Omar Kayyan, que el mundo es un grano en el espacio. Pero que hay que defenderlo tanto o más que del cambio climático, de la pérdida de biodiversidad. Y en ello está: poniendo todo su potencial contra la defaunación, como pieza humana importante dentro del Plan de Acción Español contra el Tráfico Ilegal y Furtivismo Internacional de Especies Silvestres.
Y lo hace desde la Junta de Andalucía, pionero y ejemplo que sigue este plan. Andalucía es puerta y entrada para grupos criminales organizados de estas actividades ilícitas, tan sólo por detrás de las armas y las drogas, donde la máxima alarma afecta a la los elefantes y a los rinocerontes. Hay tanto qué hacer, en África, en Asia, en Andalucía, en nuestras propias casas… Hay que defender y protegerlo todo a la vez. El elefante tiene que ver con la abeja y con el agua y con el consumo de plástico y con los árboles y con las migraciones climáticas… “Tenemos que cambiar nuestro pacto con la naturaleza”, dice Galán.
Y para redefinir este pacto contamos en esta ocasión con la presencia de parte de la Asociación Arriba Las Ramas, en mutualismo con la Comunidad del Bosque en Huelva: Rosa Villalba, Natxo Blanchart, Raúl Rejón, Sofía , Utópica Irma Basarte y Miguel Pastrana. Pacto que conlleva según Galán la necesidad de cambiarle incluso el nombre a nuestro planeta… Como ya empiezan a reescribir en la historia del activismo ecológico nuestros autores Raúl de Tapia que es Raúl Alcanduerca, José María Galán, Raúl Rejón y Carl Safina.
Y ahora deja de coleccionar cualquier atisbo de vida silvestre defaunada, mira bien la etiqueta de los productos que consumas, pide certificaciones de tus compras ante cualquier duda y respira profundo, a lo alto y ancho de esta nueva ruta que nos lleva al Planeta Vida, sin duda, territorio conmovido… ¡Arriba las ramas!