Bienvenidos a un bosque habitado una experiencia atávica: el placer de descubrir por ti mismo pequeños momentos cargados de emociones y sensaciones. Estamos hablando de la ciencia del rastreo. Y lo haremos con el maestro de rastreadores José María Galán, guía del Parque Nacional de Doñana y viajero decimonónico, como le define su amigo Raúl de Tapia.
Un bosque es mucho más que su árboles, cuando está verdaderamente integrado en el paisaje. Porque entonces existen mil y una relaciones, mil y un lazos que unen a los habitantes del bosque en una comunidad estrechamente interconectada y de la que un día formaremos parte y de la que volveremos a formar parte… Hongos, insectos, aves y mamíferos, árboles y hierbas, microorganismos, agua, suelo y atmósfera… Lo dice El cronista de los árboles Ignacio Abella: "Todo está íntimamente emparentado en este organismo cooperativo que llamamos BOSQUE".
La Hermandad de los Árboles se desplaza hasta Doñana para admirar sus ecosistemas, arboledas y matorrales y, en medio del descubrimiento, se encuentra con José María Galán, que sabe ver donde los demás no vemos, que dice que en las entrelíneas de la Naturaleza, encuentra mensajes tan recurrentes como aquellas preguntas que se harán los seres vivos no bípedos, respecto a lo que nosotros, los humanos, hacemos… Nuestro botánico y biólogo, autor del Herbario Sonoro, entrevista en una charla intimista y de mutua admiración, a Galán.
Y con la humildad con la que nuestro invitado nos enseña a aprender a leer en esta experiencia naturalista, participan en este programa de rastreo mental, corporal y espiritual la Comunidad del Bosque: Ignacio Abella, Fernando Fueyo, José y Bernabé Moya, Rosa Villalba, Mar Verdejo Coto, Raúl de Tapia y Óscar Prada Campaña.
Completan el reparto de maestros para aprender a enseñar: Dersu Uzala, Joaquín Araújo, Omraam Mikhaël Aïvanhov, Josefina Maestre, directora de Territorio Natural y la inspiración musical de un grupo con que comenzamos un Ubuntu esperanzador y que, ¡encima... se llaman Bosco!… Bosco y su trabajo “El Elixir Mágico”.
Adéntrate en la floresta con la mente abierta, humilde, y emprende un camino de belleza, vida y satisfacción, y disponte a recibir un chute de endorfinas en territorio habitado por huellas, rastros y alfabetos de biodiversidad… pero territorio conmovido…
¡Arriba las ramas!