Bienvenid@s a un bosque que nos grita que tod@s tenemos manos verdes aunque much@s se empeñen en decir que no tienen este talento. Pero no es verdad, porque nuestra memoria ancestral de no hace tanto tiempo, después de escuchar al Cronista de los Árboles Ignacio Abella, te hará despertar la Vitamina Verde que llevas en tu ADN, con una carga tan potente, que requiere más esfuerzo y más problemas ignorarla que volverla a integrar en tu día a día.
Bienvenid@s, pues, a un bosque habitado por las plantas que nos cultivan, por las plantas que nos hacen cultivar la empatía. Habitado por esas plantas de compañía, por las destrezas seductoras de las plantas para enamorarnos, por las plantas que nos cambian el ánimo, por las que nos curan, por las que nos proporcionan una mayor calidad de vida y bienestar, capaces de subir el valor de una casa, una calle y un barrio.
Sí, tienes que admitirlo. Entre las plantas y tú existe un pacto vital desde hace 3.500 millones de años, cuando en el mundo vegetal se produce un invento revolucionario: la clorofila. Desde entonces, las plantas nos cultivan. Y para hablarnos de las plantas y de los traficantes de esquejes, plántulas y semillas, contamos con Ignacio Abella, Francis Hallé, Tagore y Raúl de Tapia que es Raúl Alcanduerca. Semillas volatilizadas gracias a la brisa musical de Loreena McKennitt y su precioso álbum titulado “Lost Souls”, muy inspirador en los bosques que nos iluminan. Club de la Hojarasca: José Manuel Sebastián, María Eulate y Amaya Prieto. Además, las noticias más vitaminadas del mundo arbóreo en “Las Ramas Arriba” con el plantabosques Natxo Blanchart, de la Asociación Arriba las ramas y el informativo de los alados, "Volando vengo", con la bióloga Arantza Leal Nebot de SEO/BirdLife.
Y ahora ponte los guantes de jardinera, remueve la tierra, entierra tus semillas, planta tus esquejes y déjate enamorar por las plantas, ese cuerno de la abundancia, la solidaridad, el intercambio, la amistad y la generosidad con toda la gama de verdes vivos, sin duda territorio conmovido…
¡Arriba las ramas!