Julio Cortázar fue mucho más que un mero aficionado al jazz. Su pasión por este género moldeó su creación literaria hasta tal punto que su literatura libre e improvisada puede considerarse como un reflejo de los elementos que componen la música del jazz. Podemos ver esta presencia constantes desde su primer libro Libro de sonetos de 1938 en el que ya un poema se titula "jazz", hasta las constantes alusiones que aparecen en Rayuela, su obra más conocida. Otro ejemplo lo encontramos en El perseguidor basado en la vida del saxofonista Charlie Parker o por sus crónicas de conciertos de Louis Amstrong y Thelonious Monk en La vuelta al día en 80 mundos.
La Mediateca de la Biblioteca Central ha participado en el homenaje al autor en el centenario de su nacimiento con su aportación a través de los discos de los grandes intérpretes que le inspiraron.
Intervienen: Victoria Lucio; Ramiro Lozano.