Ese tema crepuscular del inicio, que parece sacado de un canto ortodoxo de Kiev, representa la tendencia natural, "biológica", de Rachmaninov a la melancolía, el gusto por las memorias tristes. Y parece que todo el Concierto ejecuta una lucha heroica para sobrepasar ese estado tan sombrío. Lo compuso en 1909, para estrenarlo en Nueva York, donde lo tocó con Mahler de director. Rachmaninov es casi como un tema suyo: una memoria -triste pero hermosa- de un mundo antiguo, más encantado y más noble que el presente. Pero su pianismo denso, sensible, cargado de muchas voces, abundante, enérgico, implacable a veces, siempre con grandeza, reescribe la eterna novela que va de las sombras a la victoria final con sus "estoques" (así llamaba él a sus octavas de bravura) de gigante donde se aúna el tema "guerrero" del último movimiento con el tema sentimental. Dos afectos que se transmutan, y el uno parece vestirse del otro. Inolvidable y feliz transfiguración del ánimo, queridas y queridos.
Música y significado
RACHMANINOV: Concierto nº3 (completo)
11/05/2018
59:41