¡Wagner escribiendo comedias!... Aunque no es exactamente “La viuda alegre”. Ya desde la Obertura, cuando desfilan el motivo de los Maestros, el motivo del amor naciente, el anhelo de Walther, los estandartes, el gozo de la cofradía, ¡la canción del amor!… vemos que aquello tendrá chicha (chicha musical y de la otra). ¿Por qué se abre la ópera con el “Coral del bautismo”? ¿Por qué el concurso va a ser el día de San Juan el Bautista? ¿Quién es el precursor y quién el “Mesías”? ¿Estamos hablando de “religión"? ¿Y por qué todo el mundo se llama “Hans”? Y encima se pasea un sereno por Nüremberg resonando un tema del siglo XVI. Es algo más que una gracieta musical: en ese escenario se libra la batalla entre apolillados e innovadores, entre Beckmesser y Walther, con el gran Hans Sachs encarnando el eco de la tradición. ¿Quién vencerá, y basado en qué?… Bueno, pues entonces sí estamos hablando de “religión” e incluso de ayatolás. (Nota: ¿Schoenberg y Boulez serían Walthers o serían Beckmessers?…)