No existe, a día de hoy, ninguna evidencia científica que muestre que el uso del móvil sea perjudicial para el cerebro.
El móvil se ha convertido, en muchos casos, en un compañero inseparable, que no puede estar muy lejos de su propietario. El uso continuo de estos aparatos ha suscitado, en ocasiones, dudas sobre sus posibles efectos sobre la salud. De hecho, recientemente la Organización Mundial de la Salud ha promovido investigaciones sobre el uso de los teléfonos móviles por los jóvenes. Los estudios han determinado que no existe, a día de hoy, ninguna evidencia científica que muestre que el uso del móvil sea perjudicial para el cerebro. Es más, los expertos determinan que no es peligroso vivir bajo una antena de telefonía, porque los niveles de emisión son mínimos debajo; el haz de emisión es horizontal y disminuye con la distancia, y el techo de los edificios atenúa sus efectos. Pero no sólo la telefonía, son muchos más los aparatos y adelantos que nos hacen la vida más fácil y que también nos exponen a campos electromagnéticos de radiofrecuencia. Este programa se propone aclarar estos riesgos y algunos conceptos más vinculados con la contaminación electromagnética.
Manuel Pancorbo Castro, profesor del Departamento de Física de los Materiales, Facultad de Ciencias UNED.
Web del Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud