No se puede alimentar el fanatismo, el odio y la intolerancia criminal hacia el diferente.
Desde hace unos años, inquieta el incremento, en todos los países, de actitudes y conductas racistas, xenófobas y de intolerancia criminal que dañan, a personas, a colectivos vulnerables, a las sociedades democráticas y atacan al fundamento mismo de la convivencia como es la dignidad de la persona y los derechos humanos que le son inherentes. Es necesario educar en valores, potenciar la empatía, la comunicación y el diálogo, enfocados a aceptar y proteger la diversidad, para que nadie sea discriminado, hostigado, o agredido. No se puede alimentar el fanatismo, el odio y la intolerancia criminal hacia el diferente, como se hace de forma alarmante, a través de Internet, en las diferentes redes sociales, o por ciertos partidos políticos que están surgiendo en los últimos años y que tienen en su programa un discurso extremo.
Mª Carmen Quesada Alcalá, profesora de Derecho Internacional Público, UNED.