Un personaje que reunía lo femenino, lo poderoso y lo pérfido para poder explicar los múltiples males que aquejaban a la sociedad.
A lo largo de la historia se percibe una presencia constante, una mujer que inspira admiración y miedo: la bruja. La Edad Media y aun el Renacimiento fueron los periodos en que su figura quedó definitivamente estructurada en el imaginario de los hombres. Para ellos la naturaleza femenina resultaba un misterio y, por lo tanto, una amenaza. La existencia de un personaje que reuniera lo femenino, lo poderoso y lo pérfido resultaba para muchos la explicación de los múltiples males que aquejaban a la sociedad. Fue entonces cuando nació, se inventó o se fabricó la bruja.
Mª Jesús Zamora Calvo, profesora de Literatura española (UAM);
Isabel Baeza Fernández.