Marga Martínez llegó a España desde Ecuador en el año 2000. Desde entonces, ha trabajado como cuidadora y limpiadora no profesional. Obtuvo la nacionalidad española hace una década, su situación no es tan vulnerable como la de otras compañeras que llevan a cabo esta profesión sin contrato, ni papeles. El confinamiento estricto derivado de la pandemia las llevó a situaciones límite. Hablamos en femenino porque estos trabajos tienen nombre y cara de mujer. Son un sector esencial, pero invisible, esa condición de 'irregular' las aparta de todo plan. Del plan de vacunación, concretamente, a pesar de ser uno de esos colectivos prioritarios. La asociación Territorio Doméstico agrupa a muchas de ellas, se dan apoyo, asesoramiento. "Una sola limpiadora o cuidadora no puede hacer nada, pero unidas sí. Un día haremos una huelga, porque si paramos nosotras, se para todo", dice Marga que, como un mantra, exclama "esperaban brazos, llegamos personas", en clara alusión a la falta de empatía que se encuentran en muchas de las casas donde trabajan.
Tarde lo que tarde
Cuidadoras no profesionales. Trabajo esencial e invisible
30/04/2021
09:13