La otra muerte de Federico García Lorca

Se plantea la hipótesis de que Federico García Lorca no murió fusilado en el barranco de Víznar en agosto de 1936, sino que logró sobrevivir al fusilamiento y fue encontrado por Rogelio Bermejo, un vecino de Calicasas (Granada) que lo llevó al convento de San Bartolomé, cercano al pueblo, donde las monjas le curaron las heridas y cuidaron de él hasta su fallecimiento en 1954.