Trepa cada día ocho metros hasta la copa de un abedul nevado en Siberia para poder estudiar. Consigue internet para descargar las lecciones y ver...
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24/11/2020 00:01:19Trepa cada día ocho metros hasta la copa de un abedul nevado en Siberia para poder estudiar. Consigue internet para descargar las lecciones y ver...
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Trepa cada día ocho metros hasta la copa de un abedul nevado en Siberia para poder estudiar. Consigue internet para descargar las lecciones y ver alguna clase online. Ahora que su Universidad está cerrada por el coronavirus. En sus redes sociales ha denunciado que en su aldea no hay cable ni fibra. Solo una débil señal en el móvil que no le permitía seguir su formación como ingeniero naval.
A sus 21 años, Alexei Dudoladov pasa cada día varias horas encaramado a un árbol a menos 10 grados. Ni siquiera puede tomar notas. Necesita las manos para sujetar el móvil y no caerse. Sus vídeos se han hecho virales, consiguiendo arrancar la promesa del gobernador, de que va a mejorar la conexión en Stankevichi, su aldea. Allí viven unas 40 personas de la cría de animales como vacas y cerdos. Hasta que internet llegue, le recomiendan cambiar el abedul por el arcén de una carretera en busca de cobertura.
El caso de Alexei ha destapado la brecha digital que existe entre las ciudades y el campo ruso. Aunque el país ha mejorado notablemente el acceso a la red en los últimos años, conectarse desde zonas remotas sigue siendo todo un desafío. Más necesario que nunca, en tiempos de pandemia. [Especial coronavirus