El 20 de diciembre, a las 9.20 horas, el coche del presidente del Gobierno circulaba, como todos los días, por la calle Claudio Coello. Subido en la escalera, el etarra José Miguel Beñarán, Argala, vigiló hasta que el coche llegó a la altura de una raya roja pintada en la pared que señalaba el lugar donde estaba enterrada la bomba y avisó a un cómplice que, desde el suelo, estableció la conexión eléctrica que la hizo estallar. La detonación fue tan potente que el coche oficial voló, superó la altura del edificio de la residencia de los Jesuitas y cayó en un patio interior. Luis Carrero Blanco había nacido en Santoña (Cantabria) en 1903, estaba casado y tenía cinco hijos. En el atentado fallecieron también el conducto José Luis Pérez Mogena y el escolta Juan Antonio Bueno Fernández, que viajaban en el mismo coche. Se registraron numerosos heridos, entre ellos tres policías del coche escolta, un taxista, la portera del inmueble 104 de la calle Claudio Coello y su hija de corta edad.