El cabo primero José Rodríguez de Lama, de 31 años, natural de León, estaba casado con María del Carmen Villar, con quien tenía dos hijos. Su esposa, que se encontraba en León en el momento del atentado, estaba embarazada de más de ocho meses de su tercer hijo. José estaba adscrito a una compañía de la Guardia Civil de Logroño, al igual que su compañero asesinado, el guardia civil Leucio Revilla Alonso.
En el documental Trece entre mil, dirigido por Iñaki Arteta, la viuda de José Rodríguez recuerda así aquellos años: “El primer destino fue Santoña, ahí estuvimos un año. Él, la verdad, era muy inquieto. Hizo el curso de automovilismo, se hizo conductor y nos destinaron al lado de Ferrol. Y aquí, ya esperando el nuevo destino como cabo, fue cuando le mandaron para el parque móvil de Logroño. El parque móvil estaba formado por la Guardia Civil que salía destinada al País Vasco, donde iban siempre concentrados. Y, de hecho, en una de esas concentraciones fue donde le mataron”.
Carmen Villar escuchaba la radio junto a su padre cuando se enteró de que había tenido lugar un atentado en el que habían muerto dos guardias civiles. Estaba nerviosa porque no habían dado los nombres de los fallecidos. Entonces, decidió llamar por teléfono a un amigo de su marido, quien le dijo que no se preocupara, que José estaba bien. Para Carmen fue indignante enterarse por la radio de que su marido era uno de los asesinados. “Nadie, nadie me comunicó que mi marido había muerto en ese atentado”, dijo. Durante el funeral, pidió expresamente que no se pusiera ninguna medalla sobre el féretro: “Recuerdo perfectamente que siempre me decía que, si alguna vez le ocurriera algo de eso, lo único que me pedía era que no dejara que le pusieran ninguna medalla en el féretro”.
Relato completo del atentado en Leucio Revilla Alonso.