Sebastián Arroyo González, de 53 años y nacido en Sobradillo (Salamanca), estaba casado, tenía cuatro hijos y vivía en Alsasua. Fue guardiacivil, pero se retiró diez años antes para trabajar en la empresa Igartex, en Alsasua, dedicada a la fabricación de guantes.
El 8 de enero de 1980, a las 19.30 horas, Sebastián salió del trabajo y condujo en dirección a su casa. En el trayecto, varios etarras le ametrallaron desde un turismo. Sebastián resultó herido y perdió el control de su coche saliéndose de la carretera. El atentado sucedió cerca del Parque de Bomberos por lo que algunos agentes presenciaron los hechos y fueron a socorrerlo. La víctima fue trasladada a la casa de socorro de Alsasua, donde recibió las primeras atenciones médicas, y después al hospital de Navarra, donde falleció al día siguiente.
ETA militar se hizo responsable del atentado. Jesús Razquin Mendinueta fue condenado por vigilar a la víctima a la pena de un año de prisión menor y a indemnizar económicamente a la familia de Sebastián Arroyo.