José Ignacio Ustarán Ramírez, de 51 años, era de Vitoria. Estaba casado con Rosario Muelas, sevillana de 36 años, con quien tenía cuatro hijos. José Ignacio era perito industrial y también había realizado actividades relacionadas con la industria del automóvil. Su esposa era concejala de Unión de Centro Democrático (UCD) en el Ayuntamiento de Vitoria. José se afilió al partido después y se presentó a las elecciones al Parlamento.
El 29 de septiembre de 1980, la familia de José Ignacio estaba preparando la fiesta de cumpleaños de su hija que se celebraría el día siguiente. A las 21 horas alguien llamó a la puerta de su casa diciendo que traía un paquete. Abrieron pensando que sería un regalo, pero aparecieron cuatro terroristas armados con pistolas y obligaron a José Ignacio a tumbarse en el suelo, mientras que a su esposa e hijos les llevaron a otra habitación. Los terroristas secuestraron a José Ignacio y cortaron el teléfono.
A las 22.30 horas, unos vecinos encontraron en la calle de San Prudencio un coche aparcado y, en su interior, el cuerpo de José Ignacio con dos disparos, uno en la espalda y otro en la cabeza. El coche estaba estacionado junto a la sede provincial de la UCD.
Tras el asesinato, Rosario se trasladó a Sevilla, su ciudad natal, junto a sus hijos. En el 25º aniversario del crimen, 300 personas se reunieron en el convento de Los Remedios de Sevilla.
ETA político militar asumió la autoría del atentado justificando el asesinato por ser miembro de UCD. Comunicaron que continuarían matando a militantes y dirigentes de UCD, a quienes acusaban de ser responsables de la situación en el País Vasco.